Disfruten de las historias ^^

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lunes, 10 de febrero de 2020

Un Mes Junto a Ti (cap 6)


 Hola amig@s como están ^^ espero que estén bien no tengo escusas para disculparme con ustedes debía ya haber publicado esta historia ya el año pasado pero la verdad no pude, me pasaron muchas cosas estuviste lejos de casa mamá  shis en fin así que no alargare el tema y nos vamos directo a la continuación de la historia veamos que pasa en la luna de miel de Mario y Daysi…
para ti mami te extrañe mucho O///O

El sonido del batidor resonaba en la cocina de la cabaña ubicada en Hawai. Allí, el habitante masculino llevaba puesto un delantal azul y preparaba con esmero un plato lleno de hot cakes, dejó caer el batido de una sobre el sartén caliente y observó orgulloso como aquel hot cake iba tomando forma.

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Giró un poco hacia la mesa y sonrió de lado por su hazaña, sin dudas, esa mesa lucía perfecta y lo había hecho él solo.
Mario: Creo que es hora de ir a despertar a Daysi *se dijo mentalmente y fue hacia la habitación donde la chica descansaba, aún pese a ser casi las diez de la mañana*
Mario la observó dormir y comenzó a llamarla, pero la peli café parecía estar demasiado metida en su sueño. Aquello no le gustó al fontanero quien se acercó a la cama y empezando a hacer cosquillas sobre la de la chica, esto hizo despertar entre risas a la joven
Daisy: ¡Me haces cosquillas! *protestó elevando las manos* ¡Mario! *lo miró con todas las intenciones de regañarlo pero sorprendiendo al fontanero, solo le dio un leve golpe*
Mario: bueno pensé que me golpearías más fuerte ggg, levántate si abajo ya esta el desayuno te espero *se va*
Daisy vio que Mario salió de la habitación, se levantó para salir de la cama
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 y colocarse unas pantuflas extendiendo sus brazos hacia arriba, salió de la habitación hacia la cocina donde el desayuno esperaba por ella.
Daisy: Buenos días Mario *lo saludó mientras éste estaba de espaldas*
Mario: Buenos días Daisy tengo todo *giró y la sonrisa se le quedó congelada en los labios la camisa que Daisy había usado para dormir se había desprendido en su mayoría de los botones y dejaba ver claramente esa mancha verde entre sus senos que estaba, ya casi desapareciendo y tragó grueso*
Daisy: ¿Qué paso? *parpadeó sin comprender bien porque Mario se había paralizado, sin embargo, corrió una silla y se sentó para servirse café*. Wow... todo se ve genial *exclamó hambrienta*
Mario: Claro *dijo luego de sacudir su cabeza para salir de su trance momentáneo* si lo hago yo, todo es perfecto.
Daisy: En tu caso *lo corrigió partiendo un trozo de su hot cake*, deberías decir, con la madre y hermano que tengo es imposible que haga las cosas mal.
Mario: Bueno, en parte *dejó su plato en la mesa y también corrió la silla para poder sentarse* Luigi fue el que aprendió rápido de mamá y luego ella me ha enseñado a cocinar cuando una tarde que me dejó solo, quemé una olla *respondió apenado*
Daisy: Debe ser lindo tener una mamá y un hermano así *soltó colocando la cabeza sobre sus puños y los codos en la mesa*, una persona que te guie en tu vida…
Mario: Si es bueno *comentó con una sonrisa, pero notó el trasfondo de aquello*. ¿Estás bien?
La chica cambió de posición y comenzó a comer solo afirmando con la cabeza
Mario: Bueno, mi madre y mi padre son a veces, bastantes intensos, pero son geniales
Daisy: Si * llevó su cabeza hacia el hombro derecho* mis papás siempre estaban ocupados no tenían tiempo para mí, siempre me dejaban a cuidado de Toadette y aunque ella fue casi a una mamá no era lo mismo
Mario: Me imagino *cortó un pedazo de su hot cake y antes de llevarse el trozo a la boca miró a la chica* Pero bueno, supongo que algún día podrás ser madre y ser para tu hijo lo que nunca tuviste.
Daysi: Si *respondió mirándolo* si algún día conozco a alguien que sea capaz de soportarme por muchos años y me case con él, voy a concebir un hijo al que nunca le falte su madre
Esa frase le cortó el hambre a Mario, quien bajó el tenedor sin poder tragar lo que tenía en su boca. ¡Aún no se habían divorciado y ya le hablaba de otro hombre!
Daisy: ¿Y tú, Mario?
Éste la miró y bebió un poco de café para ayudarse con el pedazo de hot cake
Daisy: ¿Quieres hijos?
Mario: En un par de años más me encantaría *dijo cambiando su expresión sería por una bastante emocionada, que provocó que Daisy sintiera que su estómago se revolvía*, digo, ¿Te imaginas tener un niño o niña a quien inculcarle todo lo que sé sobre el mundo y los video juegos? ¡Verlo sonreír, su primera palabra, sus primeros pasos!
La peli café apretó los labios ante aquella emoción, era casi lo mismo que ella creería que pasaría si le contaba sus sospechas.
Mario: Pero ante todo, me encantaría estar en todos esos momentos de la vida de mi hijo en los que no estuvo mi padre.
Daisy: Me imagino
Dejaron el tema de lado y se dispusieron a terminar de comer, luego Daisy se levantó.
Daisy: Gracias, estuvo todo muy rico *tomó los platos y los llevó al lavabo para poder lavarlos*
Mario: De nada *también se levantó para guardar los restos en el refrigerador*
Daisy: ¿A qué hora tenemos que estar allá hoy? *preguntó*
Mario: *se apoyó contra la encimera mirándola con los brazos cruzados* Como a las doce del día es la primera conferencia y la otra es a las tres de la tarde *le indicó*
Daisy: Me da tiempo a bañarme tranquila, entonces *afirmó terminando de enjuagar la loza* ¿Tengo que ponerme algo en especial o voy como siempre?
La pregunta hizo que Mario volviera a mirarla de pies a cabeza y frunciera el ceño.
Mario: Mientras lleves más ropa que ahora, no tengo problema con lo que te pongas *y tirando la frase, se dirigió hacia la sala donde se dejó caer en un sillón, mientras prendía la televisión*
La princesa se cruzó de brazos, sin poder comprender lo que trataba de decir Mario, pero no iba a perder tiempo en esas cosas, se dirigió hacia la habitación y cuando pasó por el espejo quedo horrorizada con su aspecto.
Daisy: ¡Santo Dios! *se puso roja al ver como su camisa de dormir estaba solo abrochada con un botón y no dejaba nada a la imaginación*
Pensando en su aspecto tan expuesto se encerró en el baño y se colocó bajo la ducha sin esperar a que ésta se temperara. Apretó los ojos hasta que el agua dejo de correr helada, giró hacia la lluvia para que le pegara en el rostro recordando las palabras de Mario durante el desayuno.
Daisy: si yo tuviera razón *recordando*
…Flasback…
Vanesa: ¿Estás bien Daisy? *la señora la había tomado por debajo de los brazos para llevarla con ella hasta una silla lejos del barullo colectivo por la pelea*
Daisy: Si *respondió tratando de convencerse a sí misma de ello*
Vanesa: Si es que estás, tienes que evitar este tipo de caídas si no quieres que salgan lastimados.
Ángel: ¿Por qué le hablas como si fueran dos personas? *había mirado a su esposa y a la joven, confundido*
Vanesa: Es que puede que esté embarazada *respondió tranquilamente la señora pese al gesto de Daisy: porque se quedara callada*
Ángel: ¿Y Mario lo sabe? *preguntó afirmando con su bastón en el suelo*
Daisy: No puedo decirle nada hasta que deje de ser sospecha y sea una certeza *sonó tan dura que hasta ella misma se asustó de sus palabras*
Ángel: Pero él tiene que… *iba a protestar pero Daisy lo interrumpió*
Daisy: Es que…
Vanesa levantó el brazo para que su marido le permita hablar a la princesa
Daisy: conozco a Mario muy bien, estoy segura que al inicio se pondría extraño, no podrá creerlo, y después se va a emocionar tanto que si no lo estoy, realmente sufriría mucho. Y yo *elevó la mirada hacia ambos ancianos* y yo no quiero causarle ese tipo de dolor a él.
Ángel: Pero tú…
Daisy: Yo soy fuerte *se defendió* podré con ello.
…fin del flasback…
Se terminó de bañar y salió con la toalla enrollada en su cuerpo hacia la habitación para buscar algo que ponerse cuando la puerta se abrió de golpe.
Mario: ¿Dónde deje mi celular? *entró protestando*
Daisy se quedó paralizada. Él la vio, y se cruzó de brazos observándola
Mario: ¿No viste mi celular?
Daisy: Creo que *le tartamudeó la mandíbula por el escalofrío que sintió cuando Mario la vio* está en la mesa de noche de tu lado
Mario observó la mesa mencionada y luego a ella con una sonrisa.
Mario: Sí, gracias *tomó su celular* nos vamos en media hora, así que prepárate *y como si nada salió de la habitación*
Daysi: Ok… *decidió ignorar lo que acababa de vivir y vestirse*
 Se colocó una blusa amarilla sin mangas y un capri de jean
Se miró en el espejo y decidió acomodar su cabello a su peinado habitual y decorándolo con una corona de flores margaritas alrededor. Se colocó un poco de corrector sobre el moretón de su brazo, tomó sus gafas de sol, su bolsa y salió hacia la sala donde Mario la esperaba parado al lado de la puerta de calle.
Mario: ¿Lista?
Daisy: Lista *afirmó*
Ambos, salieron de la casa y caminaron un poco hasta que se encontraron con el vehículo que los llevaría a su destino, subieron al auto e hicieron un viaje tranquilo y en silencio, puesto que Mario parecía muy concentrado en su celular, Daisy se sintió invisible todo el trayecto, ya que recién cuando el coche se detuvo, éste recordó que tenía compañía, se apuró a bajar primero para luego ayudarla a descender.
Daisy: Gracias *dijo sorprendida*
Mario solo la miró con una sonrisa tomándola de la mano, entrelazó los dedos de ambas manos y le dio un pequeño jalón para que caminara junto a él, mientras guardaba su celular en el bolsillo del pantalón.
Mario: ¡Es un gran día para mí! *le dijo sin mirarla*
Daisy sintió como Mario le apretaba sutilmente la mano.
Daisy: ¿Por qué? *le preguntó*
Mario: ¡Porque al fin estás aquí conmigo en una de mis presentaciones! *la miró con los ojos entrecerrados* Nunca has querido presenciar mis charlas o las conferencias que dábamos todos los chicos, tú eras la única que ponía una excusa, y ahora no podrás escaparte.
Daisy: ¿Por eso me tomas de la mano?
Mario se detuvo un momento bastante nervioso, movió la mirada hacia varios lados y luego siguió de nuevo el camino hacia la entrada del edificio.
Mario: Sí, es por eso. ¿Por qué más sería?
Daisy: Claro *dijo sarcástica* no es que pensara que no quieres que me vaya por ahí con Diego *la mención del nombre detuvo a Mario en seco y le soltó la mano* ¿Qué?
Mario volteó, levantó la mano para señalarla, pero la volvió un puño y apretando los labios, volvió a girarse para entrar al lugar de una vez por todas.
Daisy: ¿Y eso que fue? *se cruzó de brazos y luego alcanzó a su marido que había sido interactuando por una persona* Ok, esto tiene que ser una broma
Ahí frente a ella, estaba Mario con Diego
Diego: Entonces *explicándole a Mario* vas a ocupar el anfiteatro que está allá *le señaló el lado izquierdo de donde estaba parado el Campeón y ahí sus ojos se cruzaron con los de Daysi* ¡Daisy! *exclamó dejando a Mario con la explicación a media para acercarse a la princesa, tomó su mano izquierda para besársela, pero como vio el anillo, cambió de mano y le depositó un beso en la derecha* Dichoso los ojos que pueden volver a verte
Daisy: Hola Diego *saludó ésta un poco nerviosa por el protocolo que había realizado con sus manos*
Mario los miró fijamente, tenía muchas ganas de agarrar al tipo del cuello y separarlo de Daisy, pero optó por ignorarlos y caminar hacia el lugar que le habían indicado.
Mario: ¡Calma Mario! *se decía apresurando el paso* ¡Tú no eres así! Además, Daisy no es tu esposa de verdad
Giró un poco para verlos y deseó no haberlo hecho, Diego había decidido, muy relajadamente, pasar el brazo derecho por los hombros de la princesa
Mario: ¡Daisy! *la llamó sin pensar*
Y cuando ésta lo observó, simplemente levantó la mano derecha hacia ella, la mencionada reaccionó bien y se movió dejando caer el brazo del intruso para acercarse a Mario tomó su mano y ambos fueron a ver el anfiteatro. El lugar era bastante amplio, contaba con asientos para unas doscientas personas y una gran pantalla detrás de él donde solía poner imágenes de los últimos juegos que iban a ser lanzados al público, Mario se sentó tras la mesa que fue puesta en el escenario y miró a Daisy que observaba todo con las manos tras ella.
Mario: Está genial, ¿verdad? *le preguntó*
Daisy: Si *afirmó* la verdad estoy ansiosa por escucharte hablar
Mario: Qué bueno
Se quedaron en silencio, Mario estaba a punto de pedirle que se quedara con él en el escenario cuando, para variar, Diego entró en escena.
Diego: ¡Chicos! *dio un aplauso en alto para llamar la atención de los dos* Siento que su amor sea tan fuerte y no se puedan separar *ante aquello las mejillas de ambos se tornaron rojas* pero tengo que examinar tu presentación así que voy a tener que llevarme a Daisy*
Mario: ¡Pero! *se paró para protestar, pero no pudo decir nada*
Shigeru ingresó con un grupo de niños y jóvenes que fueron ocupando los asientos.
Diego: ¡No te preocupes por Daisy, Mario! *se paró tras Daisy y colocó las manos en los hombros de la princesa* Yo te la cuidaré.
Mario estaba furioso, realmente ese tipo no le gustaba para nada, pero no podía actuar como cavernícola frente a los chicos que venían a verlo como ejemplo a seguir.*
Decidió dejar que se vayan y se enfocó a lo que había ido
Mario: Bien es hora de empezar.
Daisy estaba con Diego en una platea en lo más alto del anfiteatro observando a Mario, Daisy estaba bastante emocionada y le contaba a su compañero como ella sabía a qué se debía todo lo que éste hablaba a su audiencia. Diego vio la luz en la mirada de Daisy, y sonrió ladeado. Pero le llamó la atención que luego se enojara y viera su teléfono celular, al parecer un nuevo mensaje le había llegado, era el décimo en todo ese rato.
Diego: ¿Sucede algo malo?
Daisy: Algo extraño *respondió ella inclinando un poco la cabeza hacia el lado derecho* Pero no deja de ser una situación chistosa
Diego: Bueno, tengo entendido que Mario ahora hará un sorteo para que unos niños suban a escena y pueda ganarse una la última versión de la NIENTENDO WiiU
Daisy: ¿De verdad? *exclamó sorprendida*
Aunque aquello si confundió a Diego
Diego: ¿No lo sabías?
Daisy: ¿Me creerías si te digo que es la primera vez que veo a Mario haciendo esto?
Diego: ¿De verdad? *volvió a preguntar*
Daisy: asintió *y toda orgullosa volvió a mirar trabajar a su marido* Mario y los demás chicos nunca me convencieron para ir a  una conferencia de la empresa siempre me rehusaba a ir *negó con la cabeza* en tantos años que trabajamos juntos.
Diego: Entiendo… *miró hacia el escenario y tomó el coraje para preguntarle algo que dejó a Daisy paralizada al oír la pregunta* ¿Qué es lo raro en su matrimonio?
Daisy: ¿Qué de qué? *preguntó tratando de ocultar su nerviosismo*
Diego: Shigeru dijo que la noticia de que estaban casados no tenía que salir de la ciudad Champiñón que, si algo se escapaba, podría perjudicarlos.
Daisy: Ah bueno «Piensa rápido Daisy, piensa rápido» *se dijo tratando de pensar una buena excusa* Diego ¿te acuerdas cuando te rechacé?
Diego: Cómo olvidarlo *dijo con pesar en sus palabras* aún me duele
Daisy: Te dije que estaba enamorada, yo ya en ese entonces salía con Mario pero por nuestra popularidad y además como sabía que mi prima Peach estaba enamorada de Mario, decidimos salir a escondidas
Diego: Espera *la detuvo con ambas manos levantadas* ¿me estás diciendo que están casados en Secreto?
Daisy: Algo así *juntó sus manos frente a ella en pedido de ayuda* no queremos problemas con la prensa amarillista ni con las seguidoras de él o los míos ya suficiente con lo que Peach casi me desconoce como su prima y Rosalina regañándonos de lo que hicimos. Queremos estar tranquilos al menos lo que dure nuestra luna de miel.
Diego: Oh, ya veo…
Cuando Laura apareció en escenario con la tómbola que Mario usaría para el sorteo, Diego se dio el lujo de tomar la mano de Daisy y llevarla con él escaleras abajo.
Mientras en el escenario, Mario observaba la pantalla de su celular que no mostraba señales de estar recibiendo nada.
Mario: Laura *le susurró, mientras ésta mostraba como los nombres de todos los niños entraban en la tómbola* ¿puedes enviarme un texto, por favor?
Laura: ¡Encantada! *buscó el teléfono en su bolsillo y rápidamente le envió un texto a Mario*
Éste frunció el ceño cuando vio que el mensaje llegaba sin problemas.
Mario: Gracias *dijo y no lo leyó*
Laura lo miró confundida pero siguió su trabajo
Mario: « ¿Dónde se habrá metido con ese?» *protestó mientras le fingía a su público una enorme sonrisa*
Cuando todos los nombres estaban en la tómbola empezó a moverlo y Mario tomó un nombre.
Mario: Junior *dijo en voz alta*
Daisy que descendía las escaleras se detuvo y se escondió tras Diego
Diego: ¿Qué pasa?
Daisy: Nada *respondió la pelirroja viendo como un niño de unos diez años estaba triste tras recibir el premio*
Mario: ¿Qué es lo que le pasa? *le preguntó observando que aquel niño estaba triste*
Junior: Es que hay niños mejores que yo y siempre me ganan*dijo el niño triste*
Ante aquella palabra, Mario le pregunto por qué dijo eso
Junior: Por qué mis amigos me dicen que soy débil en sus juegos señor Mario y también creo que nunca seré tan bueno en los videos juegos como usted
Mario le observó al niño que estaba triste
Mario: Mmmm sabes algo Junior, yo también nunca fui tan bueno en los video juegos siempre tenía  a alguien mejor que yo
Junior: ¿enserio? *respondió apenado porque sentía la vergüenza de estar ante más niños*
Mario: así es, siempre había alguien que me ganaba pero ¿sabes cuál fue mi secreto para ser el mejor?
Junior: ¿cuál señor?
Mario: Pues déjame darte este consejo. Aprender o mejorar puede ser muy difícil, es como nadar contra las olas, pero si dejas de nadar, terminaras de nuevo en la orilla. Así que esfuérzate y veras que todos tus esfuerzos tendrán un muy buen resultado, ya lo veras, podrás llegar a ser el mejor
Daisy: Awww *exclamó*
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Saliendo de detrás de Diego, para juntar las manos frente a ella
Daisy: esas frases que salen del corazón de Mario para animar a una persona es lo que más me gusta de él.
Diego: No necesitas decírmelo para notar que lo amas mucho
El comentario de Diego hizo que la princesa elevara su voz y empujara con su cuerpo al hombre de cabellos claros; aunque claro, no esperaba que eso hiciera que Mario levantara la mirada hacia su voz y la encontrara jugando y bromeando sonrojada con Diego.
Mario lamentó no tener un oído más agudo para poder saber a qué iban tantos gestos. Aspiró profundamente, y le puso atención de nuevo al niño
Mario: ¡Prométeme que te cuidaras y te esforzaras por ser el mejor!
Junior: Lo haré *dicho eso se bajó del escenario más feliz*
Cuando la hora terminó, Mario les agradeció a todos los presente con una reverencia. Y mientras los niños se retiraban, vació la tómbola de nombres y acomodó la mesada para la próxima charla. Se había agachado a recoger un lápiz que se le había caído cuando Daisy apoyó emocionada las manos en la mesa dándole un susto de muerte.
Daisy: ¡Mario! *éste terminó cayéndose de la silla* Uy, lo siento *rodeó la mesada para ayudarlo a parar* ¿Estás bien?
Mario: ¿Tú que crees? -.- *preguntó entre dientes, rechazando la mano de la chica para levantarse*
Daisy empuñó la mano y la apoyó en su cintura. Realmente Mario estaba cada vez más raro.
Diego: Me ha gustado mucho tu forma de expresarte y como le subiste la autoestima ese niño *le dijo*
Así que Mario lo miró aunque con cara de pocos amigos
Diego: y con los comentarios de tu fan número uno al lado, fue increíble.
Mario: ¿Los comentarios de Laura? *preguntó indignando a su señora esposa*
Daisy: ¡Oye! *aquello sí que no le agradó a la princessa que le regaló un lindo y afectivo pisotón en el pie derecho*
Mario: ¡Ay Daisy! *protestó cayendo a la silla* ¡Siempre tan bestia!
Daisy: ¡Y tú siempre tan idiota!
La risa de Diego les recordó que no estaban solos.
Diego: Se nota que su relación es sólida, ¿los invitó a comer?
Mario: Pues yo… *estaba buscando las palabras para excusarse pero Diego continuo*
Diego: Tienen un menú de postres de primera categoría en la isla, ¿qué dices Daisy?
Mario negó con la cabeza pero sabía que no podría contra la tentación número uno de Daisy: Los postres.
Daisy: ¡Sí que me conoces bien Diego! *soltó la chica con los brazos en alto por la idea de comer postres*
Diego: Bueno, por algo quería casarme contigo *le tocó el mentón con el dedo índice y le sonrió* porque estaba enamorado de tu belleza pero estaba más fascinado por tu personalidad.
Mario: Ok *se metió en medio para separar la mano de Diego de Daisy* ya, vamos a comer y deja de tocar a mi esposa *le advirtió causando que el hombre de cabellos claros levantara las manos para calmarse*
Diego: Tranquilo *exclamó con una sonrisa* que sea tu esposa no impide que la gente admire la bella mujer que afortunadamente tienes a tu lado
Mario: Tú lo has dicho, a mi lado *en eso, tomó la mano de Daisy y se la apegó a él* Así que por el bien de esto, contrólate, porque no sé cuánto tiempo voy a seguir controlándome *soltó y Daisy lo miró con toda la intención de reírse pero la risa murió tras sus dientes apretados*
Diego: De acuerdo *sonrió*  para compensar mi atrevimiento, el almuerzo va de mi parte.
Mario: ¡Entonces comeré mucho! *desafió mientras caminaba jalando a Daisy con él*
Diego los llevó hasta un lujoso restaurante a la orilla de la playa, estaba por pedir una mesa adentro con vista al mar cuando Mario se negó a obedecer.
Mario: Quiero esa mesa de allá *le indicó al camarero quitándose las gafas de sol*
Diego: Pero, ¿no es mejor la de aquí? *preguntó sin entender porque Mario quería la mesa que estaba puesta en la terraza frente al mar*
Daisy: Yo apoyo a Mario *respondió elevando sus gafas hacia la cabeza* esa mesa tiene una vista bellísima al mar.
Mario sonrió de forma bastante burlesca y apoyó su mano derecha en el hombro de Diego
Mario: Uno también conoce a su esposa
Todos se acomodaron en la mesa y pidieron sus platillos. Mientras esperaban que llegaran, Mario decidió hacer una pregunta que le ardía en el cerebro
Mario: Puedo saber, ¿cómo se conocieron ustedes?
Ante la pregunta Daisy y Diego se miraron y luego mirando a Mario.
Daisy: Bueno, sin enojarse *le advirtió por lo que Mario elevó las manos indicando que no haría nada* Todo fue hace dos años en ciudad Delfino. Como sabes *miró a Mario*a veces el alcalde de Ciudad Delfino me pide que lo ayude en sus eventos y todo eso por ser la princesa del reino de Sarasaland
Mario: Sí, lo sé *respondió*
Diego: Fue en uno de esos eventos que la vi, lucía su vestido naranja tan intenso, como pude notar que era su personalidad *sintió el carraspeo de Mario y lo miró* ¡Dijimos sin enojar!
Mario: Si no estoy enojado *se defendió y Daysi no pudo evitar reírse un poquito de él*
Daisy: Y por eso me complace una vez más decir que ciudad Delfino es considerada una de las ciudades turísticas más importantes del reino de Sarasaland *exclamó la joven de cabellos cafés leyendo la tarjeta que un hombre mayor le había pasado* Y no es por echarme flores, pero según esto, es que soy la mejor princesa que tuvo el reino por preocuparme por cada una de las ciudades de mi reino y del que estoy a cargo trae a la mayoría de esa gente*
Mientras la chica hablaba con la fuerza de una dirigente hacia el pueblo desde el escenario, él simplemente la observó de pies a cabeza. Llevaba un lindo vestido naranja, su cabello era perfecto con ese café tan intenso y en su mirada azul cual cielo hermoso había un brillo que lo cautivó, El hombre se levantó de su asiento acomodándose la chaqueta de su traje gris y se acercó al alcalde que estaba de pie a un lado del escenario
Alcalde: ¡Diego! *sonrió cuando lo vio* Me alegra que vinieras en lugar de tu abuelo, es hora de que te hagas del mundo que tendrás que velar en un futuro.
Diego: Si Alcalde *le regresó la sonrisa y elevó la mirada hacia la princesa de nuevo* ¿Quién es ella?
Alcalde: ¿Ella? *la miró también* ten un poco de respeto ggg ella Es nuestra princesa, Daisy Sarasa. Es una jovencita bastante enérgica y siempre está dispuesta a ayudarme en todo lo que sea referente a la ciudad, como hoy, que nuestra querida ciudad está cumpliendo cien años.
Diego: ¿Soltera? *preguntó con una sonrisa ladeada*
Alcalde: Se supone que sí *respondió pero no le gustó la mirada de Diego sobre Daisy* Pero no podrás con ella con tus encantos de playboy
Diego: ¿Por qué no? *exclamó sorprendido*
Alcalde: No es una mujer como cualquier otra *afirmó viendo como Daisy encendía a los asistentes que aclamaban su nombre* solo mírala. Si crees que es una jovencita que puedes encandilar, tendrás todo un desafío ahí aparte nuestro rey Richard te puede colgar o algo por el estilo
Diego: ¡Me encantan los desafíos!
Mario: Desafío que perdiste *acotó logrando que Diego por primera vez mostrara algún gesto de enfado*
Daisy: ¡Mario! *lo regañó*
Mario: Pero, ¿qué? *se quejó, pero ésta decidió ignorarlo y continuar ahora ella con el relato*
Daisy: Al otro día del evento, mi Castillo tan lindo y perfecto parecía funeral -_-
Mario: ¿Por qué? *preguntó confundido*
Diego: Es que le regalé casi la florería entera de la ciudad Delfino *respondió*
Mario: Oh…
Toadette: ¡Princesa Daisy! *había golpeado la puerta de la habitación de su princesa, apuradísima*
Por lo que la chica salió a recibir a su nana
Toadette: ¿Qué rayos pasa princesa Daisy Sarasaland?
Daisy: ¿ahora que hice yo? Según me acuerde hice todo mis deberes…
Toadette: ¡Te buscan!
Daisy miró confundida a su nana y se dirigió al hall de entrada del castilllo donde más de seis coronas de flores y distintos arreglos florarles habían adornado el lugar y delante de ella, un joven apuesto de ojos azules y cabellos claros se apareció
Daisy: ¡Wow! *exclamó observando cada uno de los arreglos, era un lindo detalle hasta que*
Diego: Hola Soy Diego y ésta es solo una pequeña prueba de lo que puedo hacer por ti cariño, si aceptas salir conmigo *y acercándose a ella, abrió el estuche de un hermoso collar de diamantes*, incluso traje este simple collar para que luzcas conmigo en el más lujoso restaurante de comida francesa de todo Sarasaland
Daisy estaba sumamente emocionada por las cosas, pero cuando Diego terminó de hablar, quitó rápidamente la emoción por seriedad
Daisy: ¿Usted está comprándome para una cita? o.O
Diego: Comprar no es el término que yo usaría pero…
Daisy: Salga de aquí *le indicó extendiendo el brazo hacia la puerta*
Diego: Pero...
Daisy: Salga!
Diego: Pero...
Daisy: ¡Qué salga ya de mi castillo! *gritó haciendo que Diego saliera corriendo del lugar, y tras él las coronas de flores se acumularon en la puerta del castillo de Sarasland* ¡Quien se cree! *sacudió sus manos y volvió a ingresar a su castillo*
Mario: Esa es mi Daisy *festejó, causando que Daisy se riera por aquella exclamación*
Hicieron un momento de silencio cuando trajeron sus órdenes de comida y Diego continuó la historia
Diego: Por supuesto que no me rendí, seguí aunque ella usara a su mascota guardián Rocky para sacarme del castillo. Con el tiempo, fui dejando mis actos machistas de lado y llegué a poder conversar con ella de forma amigable, como amigos, fue ahí, cuando decidí jugarme el todo por el todo y hablar con mi abuelo, tú sabes Mario que mi abuelo es muy estricto
Mario: Lo sé
Diego: Entonces, cuando se enteró que estaba enamorado preparó un escenario delante del Castillo, con globos, con comida y varios familiares. Estaba seguro que si ella me rechazaba era por puro orgullosa, que cuando viera esa mini presentación a mi familia aceptaría mi propuesta. ¿Quién puede rechazar a tan apuesto heredero?
Daisy: *sin mirarlo levantó la mano derecha*
Diego: Auch, si, no tienes que ser tan cruel
Daisy: Entonces yo salí con mi Rocky  dispuesto a mandarlo a volar cuando me encontré con aquel escenario. Me sentí intimidada su abuelo hizo mi presentación es voz alta y cuando vi a toda esa gente fue demasiado para mí
Diego: Lo sé y te reitero mis disculpas
Daisy Sí, ya fue *respondió con una sonrisa* Yo perdí un poco la cordura en ese momento *miró a su esposo que los observaba detenidamente* Le dije que se largara de mi castillo y mi reino, que no entendía que un NO es NO y que para su información, si lo rechazaba era porque no me gustaba, porque no lo amaba y porque ya amaba a otra persona.
Diego: De haber sabido antes de que eras tú *le dijo a Mario de forma honesta* No la hubiera molestado tanto, pero quizás si hacían eso, su relación hubiera sido destapada desde antes y no hubieran podido estar tranquilos todo este tiempo*
Mario inclinó un poco la cabeza confundido por aquella parte de su vida que no recordaba, miró a Daisy que le hacía unos gestos con las cejas, y sonrió.
Mario: Si *afirmó tratando de no arruinar lo que Daisy había dicho* eso nos ha permitido mantener una relación tranquila
Diego: En el año y medio que estuve investigando sobre ella, pude saber muchas cosas, pero nunca había encontrado a alguien que se le acercara más que sus amigos o sus hermanas Peach y Rosalina, nunca me imaginé que ahí estaría el amor de su vida
Daisy: Bueno ya *tosió* sigamos comiendo por favor suficiente ya del pasado, ahora las cosas están como están
Diego: Así es
Mario: Pero antes *pinchó un poco de ensalada verde de su plato y miró a ambos con la ceja derecha arqueada* ¿cuándo fue esa proposición?
Daisy: ¿Te acuerdas la fiesta de mi prima White?
Mario: La de *hizo un movimiento con su dedo índice señalándose a ambos para no soltar ante Diego, el hecho que había pasado entre ellos* ese día
Daisy: Sí, esa *apretó los dientes y aspiró para luego seguir* Te acuerdas que te conté que había pasado algo sofocante en mi castillo y que me venía bien relajarme. Creo que fue el hecho por el cual perdí todas las pruebas de las chicas ese día
Mario: ¿O sea que fue hace cuatro meses? *se paró de golpe pero Daisy lo volvió a hacer sentar tomándolo del brazo*
Daisy: Si mi amor, pero tranquilo *le dijo con un tono de voz dulce que hizo que Mario volviera a su lugar* Ya ves que nada grave pasó.
Mario decidió omitir comentarios y se puso a comer, al igual que los otros dos. Cuando terminaron de comer, Diego pagó la cuenta y se retiró primero por asuntos personales, dejando a la pareja solo.
Mario: ¿Qué cuento le echaste a Diego? *pregunto sin poder aguantarse las dudas*
Daisy: Bueno, aproveché que esa vez le había dicho que estaba enamorada de otra persona y que por eso lo rechacé, y lo relacioné a lo nuestro para que no me echara más preguntas
Mario: ¿Y por qué te preguntaría sobre nosotros? *dijo levantándose bastante molesto*
Daisy: ¿Por qué está enamorado de mí? *le dijo está tratando de no sonar enojada* ¿Te es difícil creer que alguien pueda enamorarse de mí a tal extremo de hacer el ridículo?
Mario: No es eso
Daisy: Bueno, para que te quedes tranquilo, me lo preguntó porque Shigeru le dijo que estamos casados en secreto, que la noticia no podía salir de ciudad Champiñón o él se aseguraría de que aquí no hubiera nada más importante que la conferencia
Mario: Ah *soltó avergonzado del tono que usó con ella y empezaron a caminar fuera del restaurante* Estabas tan ocupada hablando de ello que por eso no viste mis mensajes
Daisy: No vi tus mensajes porque me pareció ridículo el primero que me mandaste «¿Dónde estás?» Estaba en el anfiteatro, me dio hasta risa que preguntaras eso.
Mario: No te veía ahí
Daisy: Pero lo estaba.
Mario: Podría ser un mensaje de que necesitaba algo
Daisy: Te estaba viendo y no tenías cara de estar muriendo, además tenías a Laura al lado, quien es tu fan número uno *comentó irónica con un movimiento de sus manos*
Cuando volvieron al anfiteatro, Mario invitó a Daisy a compartir con él la experiencia de las charlas que daban todos los personajes de NINTENDO. Aunque Laura no estaba muy feliz de dar su lugar en las conferencias a Daisy, accedió a regañadientes.
Daisy estaba encantada de poder enseñar cosas que ella también había aprendido en su vida también las experiencias que tenía en el mundo de los videos juegos, así que se encontró muy feliz conversando con los niños. Quedó tan maravillada que le había pedido a Mario que cada que exista una conferencia o charlas de la empresa la llevara con él
Cuando todo terminó, Shigeru se acercó a ellos…
Shigeru: He dado órdenes de que esto no salga de aquí hasta que vuelvan al Reino Champiñon *les indicó mirándolos fijamente* ya en allá ustedes ven que hacen
Mario: Gracias jefe *respondió extendiéndole la mano*
Shigeru: Supongo que ustedes saben lo que hacen *ante aquello, tomó la mano de Mario mirándolo fijamente* Yo regreso a Japón cualquier imprevisto me llaman
Mario y Daisy: ¡De acuerdo, adiós Jefe! *dijeron ambos*
Cuando Mario vio la hora, pasaban más de las cuatro de la tarde así que se decidieron a caminar un rato por la playa, Daisy no protestó, prácticamente se quitó las zapatillas y corrió a meter los pies en el agua, el mar se veía de un hermoso verdeazulado. 
Mario la observó jugar en el agua y sonrió de lado, le había parecido una escena absurda lo que habían pasado esos dos días. Él no era nadie más que el amigo de Daisy, y por las palabras a Diego, supuso que lo uso para tapar algún amor secreto que tendría. ¿Quién sería? ¿A quién le estaría usurpando el lugar? No quería pensar en eso, no debía, pero sus pensamientos estaban siendo más fuertes que él.
Daisy: ¿Qué tanto ves al mar? *preguntó, acercándosele*
Mario la observó de lado, sin calzado la chica quedaba de su mismo porte
Daisy: ¿A qué te recuerda ese hermoso color azul claro y profundo que tiene la playa de isla Peach? *preguntó curiosa*
Mario: A tus ojos *respondió sin pensar causando que ambos se sonrojaran*
Daisy: Este… bueno *se rascó la sien confundida, pero cambió de semblante y le tomó la mano a Mario* ¿Qué te parece si nos metemos a bañar al agua? ¡Está riquísima!
Mario: ¿En ropa? *preguntó confundido*
Daisy: ¿Qué tiene? *lo jaló con ella tan rápido que Mario con suerte pudo sacarse los zapatos y lanzar su teléfono a la arena, antes de caer a la orilla del agua y empaparse la mitad de la ropa*
Mario: ¡Oye! *protestó observando como la princesa se sonreía* ¿Y tú no te vas a meter al mar?
Daisy: Yo sí, pero *se desabrochó la blusa* traje bikini
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Mario: ¡Eso no es justo!
Así que mientras la chica se quitaba la ropa para mostrar su traje de baño naranja, Mario la miró enojado quitándose la camisa, la hizo un bollo y la botó a la arena acercándosele por detrás, la levantó cruzando ambos brazos por la cintura de la princesa
Daisy: ¡Mario Suéltame!
Mario: ¡Lo que es justo es justo, querida! *y con ella a la carga, se introdujo en el mar hasta que a cierto nivel se dejó caer, siendo tapados por una ola*
Daisy: ¡Mario! *protestó cuando salió a superficie y escuchó las carcajadas de su amigo* ¡Ahora verás! *y se lanzó hacia él y lo hundió apoyando ambas manos en la cabeza del fontanero* ¡¿Quién es el chistoso ahora?!
Mario: ¡Daisy! *daba manotazos de ahogado y ella lo soltó* ¿Querías matarme?
Daisy: ¿Heredaría algo? *preguntó con una sonrisa burlesca que al chico no le gustó nada*
Mario: ¡No, pero yo podría heredar tu Reino! *la tomó y ahora fue él quien la ahogó a ella*
Cuando se aburrieron de sus juegos infantiles, cayeron sobre la arena a mirar la majestuosidad del mar. Observaron a los pequeños aves que sobrevolaban el océano, y como de vez en cuando saltaba algún delfín de agua en la lejanía
Daisy: Podría quedarme aquí toda mi vida *susurró, pero Mario la miró y se levantó*
Mario: Lo siento señora pero mañana en la noche partimos para isla Yoshi *le extendió su mano para levantarla* y el viaje tiene que continuar
Daisy: Si *miró el mar por última vez y tomó la mano de Mario para ponerse de pie*
Se puso su ropa una vez más, mientras Mario tomaba su camisa y la sacudió para sacarle un poco de la arena, se la colocó abierta y revisó que su celular no se hubiera humedecido o algo por el estilo. Salieron hacia la costanera e hicieron parar un taxi para que los llevara al hotel. Una vez ahí, Daisy se dirigió a la cocina a ver que comerían, mientras Mario entraba a bañarse porque se sentía pegoteado por la arena, y luego entró Daisy a ducharse
Una vez en la mesa, Mario le explicó el panorama para el tercer día en la isla.
Daisy: Entonces *alzó el tenedor y lo movía para afirmar cada una de las cosas que Mario le había enumerado* Tenemos que dejar la casa limpia, y esperar a que vengan a buscarnos
Mario: Exacto *le afirmó con una sonrisa* y para no ensuciar más nada, en cuanto terminemos de limpiar, vamos a pasar el día afuera, recorriendo la isla. ¿Te parece bien?
Daisy: ¡Me encanta la idea!
Mario: Bueno, entonces esas serán las actividades del día de mañana
Daisy: ¿Te das cuenta que mañana ya es una semana de que estamos casados? *le preguntó*
Mario: Los días se han ido rápido, cuando queramos darnos cuenta ya estaremos divorciados
Daisy: Si *dijo sin emoción y se dispuso a comer* << ¿Realmente eso esperaba?>>

Continuara…

Oh ¿que pasara? ¿Acaso Mario se está enamorando de Daisy? ¿Será que Daisy está embarazada?
Si quieren saberlo no se pierdan el siguiente capítulo de nuestra historia sin nada más que decir

Bay Bay!!!

Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho , pero no habrá de los que no nos dejarán nada. Ésta es la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.