Ella podr铆a definir muy bien a su amigo, pero su coraz贸n y sus sentimientos por los humanos, sin duda, era un gran misterio.

Mario: Si sigues vi茅ndome as铆 vas a terminar enamor谩ndote de m铆 

La voz hizo que saliera de sus pensamientos y observara al fontanero que la miraba fijamente con una enorme sonrisa en los labios

Daisy: ¿Eh?

Mario: Me ves como si quisieras comerme.

Daisy: Yo…

Mario: Si tienes hambre deber铆as hacer el desayuno, es tu turno Daisy se sent贸 y lo observ贸 c贸mo segu铆a con esa sonrisa burlona en su rostro. 

Mario: ¡No me mires as铆, no hay Mario en el desayuno!

Daisy: Ok 

Con esa frase la chica pudo salir de estado de sorpresa y tom贸 su almohada golpeando sin parar a su «marido».

Daisy: ¡Como! *lo golpe贸* ¡Te atreves! *agreg贸 entre dientes aun golpe谩ndolo* ¡A decirme eso!

Mario: ¡Era una broma! *protest贸  cubri茅ndose con ambos brazos de los ataques de la pelirroja* ¡C谩lmate NOVIA DE TATANGA!

Daisy: ¡Oh ahora s铆 que te condenaste! *se irgui贸 m谩s en la cama y con toda la fuerza humana de su cuerpo, lo golpe贸 para luego soltar la almohada y salir de la cama*

Mario: ¡Daisy! *tom贸 el almohad贸n con toda la intenci贸n de lanz谩rselo cuando 茅sta sonri贸 y le dijo*

Daisy: ¡Mejor voy por el desayuno porque contigo me morir铆a de hambre! 

Y cuando Mario le lanz贸 la almohada, 茅sta golpe贸 en la puerta cuando se cerr贸 dejando a la chica del otro lado. Ambos se detuvieron con el coraz贸n al m谩ximo por la actividad infantil, colocaron su mano en el pecho y sonrieron negando con la cabeza, estaban bien uno con el otro. Y eso era lo m谩s importante para ellos.

Daisy se acerc贸 a la cocina sin tener la menor idea de que preparar para el desayuno, Mario hab铆a dado una gran pelea ayer, y ella no sab铆a qu茅 hacer para igualarlo. Pens贸 en buscar alguna receta en su celular, pero record贸 que el m贸vil estaba en la habitaci贸n.

Regres贸 con cuidado y abri贸 sutilmente la puerta para no ser o铆da, solo escucho el sonido de la ducha, Mario estaba ba帽谩ndose. M谩s relajada, decidi贸 ir por el plan B, se coloc贸 un short, una blusa y tomando el celular junto a su cartera, sali贸 r谩pidamente de la habitaci贸n cuando sinti贸 que el agua dej贸 de correr. Peg贸 en el refrigerador una nota y sali贸 de la caba帽a por algo para comer.

Mario sali贸 del ba帽o con las energ铆as repuestas, se coloc贸 una camisa verde agua y un short largo verde oscuro antes de salir a desayunar.

Mario: ¡A desayunar! *se dijo*. ¡ir茅 a ver que desastre hizo Daisy en la cocina que hay mucho silencio! *pens贸*

Sali贸 de la habitaci贸n, pero su sorpresa fue muy grande cuando noto que la chica no estaba en la cocina.

Mario: ¿A d贸nde se fue? *gru帽贸*, se acerc贸 al refrigerador con rabia para ver que prepararse el mismo cuando not贸 la nota con una simp谩tica carita de Daisy, la tom贸 con la mano derecha y la ley贸:

«¡C贸mo no superar茅 tu dedicaci贸n de ayer, ir茅 por algo para comer! ¡Calienta el agua para el caf茅! Voy por algo con mucho chocolate»

Solo pudo soltar una extra帽a risa y poner sus ojos en blanco por la resignaci贸n, llen贸 la tetera con agua y la puso a calentar mientras esperaba que su esposa llegara con el desayuno. Estaba ya a punto de la desesperaci贸n, cuando sinti贸 la puerta de entrada y volte贸 para ver a la pelicaf茅 con una gran sonrisa y una caja en sus manos.

Mario: ¿Qu茅 trajiste? *pregunt贸 atacando pr谩cticamente la caja en cuanto la dej贸 en la mesa*

Daisy: Una tentaci贸n de Chocolate *le dijo con una sonrisa, y lo corri贸 para poder abrir ella la caja que escond铆a el pastel* Es una torta panqueque de chocolate, relleno de mouse de chocolate y mira *la chica tom贸 uno de los trozos de chocolate con betas blancas que serv铆a de decoraci贸n* Est谩 delicioso :)

Mario: Se supone que usted deber铆a haber preparado el desayuno, se帽ora *le dijo entre dientes*

Daisy: ¡Pero mira es chocolate! *le segu铆a insistiendo mostr谩ndole un trozo de chocolate para que Mario quitara el ce帽o fruncido y cayera ante la tentaci贸n de chocolate*

Mario: ¡Ya ok! *coment贸 quit谩ndole el chocolate* ¡Comamos que tengo hambre y hay mucho que hacer!

Daisy: ¡De acuerdo!

Tras el desayuno, ambos se pusieron a acomodar la caba帽a, Daisy sacudi贸 un poco el polvo de los muebles que no llegaron a usar y luego pas贸 un pa帽o en la cer谩micas del suelo, mientras Mario se encarg贸 de guardar la loza en los cajones correspondiente y luego colg贸 la ropa que hab铆a dentro de lavadora para poner a lavar las s谩banas que hab铆an usado.

Daisy: Uff *resopl贸 con el brazo sec谩ndose la frente* me cans茅 *se dej贸 caer en el sill贸n agotada por todo el ajetreo* ¿Hay que hacer esto en todas las caba帽as donde nos quedemos?

Mario: *con una sonrisa enorme, le afirm贸 con la cabeza* ¿Por qu茅?. Yo no pag贸 nada de esto, entra todo en los gastos pagados de la empresa, tengo que devolverles la mano de alguna forma. ¿Qu茅 mejor que no tengan que pagarle a alguien para que venga a limpiar lo que yo ensucie?

Daisy: Eso s铆 *pens贸 inclinando la cabeza pensante* Tienes raz贸n.

Mario: Adem谩s a m铆 no me cuesta nada hacerlo *le coment贸 abriendo la puerta de la habitaci贸n* Ya terminamos as铆 que *mir贸 la hora del reloj y pasaban de medio d铆a*¿vamos a comer?

Daisy: ¡Apoyo la moci贸n! *exclam贸 acerc谩ndose a la puerta para salir* Muero de hambre.

Mientras buscaban un lugar para comer, aprovecharon a turistear un poco la isla, despu茅s de todo, se notaba que era una peque帽a metr贸polis, tiendas y miles de puestos de recuerdos o lugares para tomarse fotos. Daisy iba con su tel茅fono celular en la mano tomando fotos de todo lo que ve铆a y le llamaba la atenci贸n.

Mario sin embargo solo tom贸 dos fotos, una a Daisy observando el mar y la otra que le dio m谩s risa fue cuando un hombre cerca de la costa, desafiaba a la gente a acercarse a levantara unas pesas cambio de un cono de helado y la princesa apasionada por las flores y a los helados, no dudo en ir y alzar la pesa sin ning煤n problema dejando de piedra al pobre hombre. Sin dudas, usar铆a esa foto cuando quisiera molestar a su compa帽era. Lo bueno de ese desaf铆o fue que consiguieron un cono helado para ambos que amortigu贸 un poco el hambre hasta que decidieran en qu茅 lugar comer algo. Los pies ya estaban doli茅ndoles cuando decidieron parar a comer en un lugar bastante bonito al lado de la playa, al llegar vieron a una peque帽a ni帽a de unos tres a帽os estaba llorisqueando mientras los observaba atentamente

Daisy: Mira Mario *lo tom贸 del brazo indic谩ndole a la peque帽a ni帽a que ten铆a sus rodillas llenas de arena y un pie descalzo, seguramente hab铆a ca铆do de alg煤n lado y extraviado su calzado* ¿Est谩s bien? *le pregunt贸 agach谩ndose hasta la peque帽a de cabellos burdeos, pero 茅sta solo corri贸 el rostro inflando las mejillas* ¿D贸nde estar谩n los padres? *pregunt贸 incorpor谩ndose y se puso de punta de pie para ver si alguien la buscaba.

Mario se arrodill贸 sobre la arena y acariciando a la ni帽a

Mario: Hola peque帽a ¿C贸mo est谩s? *le pregunt贸 y la ni帽a  respondi贸 con una sonrisa tomando su dedo* Hola *la salud贸 con los ojos cerrados* soy Mario 

????: Hola, yo soy Cami *se present贸*

Mario le sonri贸.

Daisy: No hay caso *coment贸  que cuando baj贸 la mirada y vio a Mario hablando como si fueran amigos de toda la vida con la peque帽a, frunci贸 el ce帽o y coloc贸 los pu帽os en su cadera* ¿En qu茅 momento se hicieron amigos?

Mario: ¡As铆 soy yo! *se puso de pie con la ni帽a en brazos* Su nombre es Cami, pero solo me ha dicho que tiene hambre, nada m谩s

Daisy: ¿Llev茅mosla a comer con nosotros? *le propuso a煤n fij谩ndose a sus alrededores por si alguien buscaba a la menor* Quiz谩s algunas de las personas que est谩n comiendo ah铆 dentro es el padre de la peque帽a

Mario: Si vamos

As铆 que los tres se volvieron a acercar a la tienda de comida, ordenaron y mientras esperaban por la comida preguntaron por si alguien conoc铆a a la peque帽a Cami, pero por lo visto todos eran turistas. Decidieron comer, y m谩s tarde iniciar una b煤squeda de sus padres. La ni帽a hizo buenas migas con Mario quien se mostraba entusiasmado con la ni帽a, Daisy solo lo observaba en silencio.

Estaban sentados los dos en la playa cuando Daisy regres贸 con unas sandalias rosadas. Trat贸 de coloc谩rselas, pero Cami se neg贸 rotundamente, la pelirroja apret贸 los labios para no soltar ning煤n insulto delante de la peque帽a y d谩ndole el calzado a Mario, se dej贸 caer al lado del fontanero, mientras 茅ste le colocaba sin problemas las sandalias.

Daisy: Se ve que le ca铆ste mejor t煤 que yo *protest贸 abraz谩ndose a sus piernas*

Mario: Si *respondi贸 mir谩ndola con una sonrisa nerviosa* eso parece

Con la ni帽a calzada, se pusieron de nuevo en la b煤squeda de los padres de la peque帽a Cami, detuvieron a muchos turistas pregunt谩ndole por si eran los padres de la menor, pero nadie conoc铆a a la peque帽a. Ya estaban a punto de ir con un oficial, cu谩ndo Daisy pas贸 por una tienda y se enamor贸 de una caja que vio en vidriera, entr贸 pese a las protestas de Mario a que no perdiera tiempo.

????: ¡T煤! *exclam贸 la mujer dependiente del local cuando Daisy entr贸 llev谩ndose el susto de su vida*. ¿Puedes quedarte aqu铆 por un par de horas? Tienes cara de buena persona…

Daisy: ¿Qu茅 yo qu茅? *pregunt贸 perpleja por el r谩pido hablar de la se帽ora*

????: Mi peque帽a Cami se extravi贸, tengo que ir a buscarla y…

Mario: ¡Oye Misty! *entro enojado* 

Interrumpiendo a la se帽ora, que qued贸 helada cuando vio a Mario entrar con Cami en sus brazos

????: ¡Cami! *exclam贸 tomando a la ni帽a de brazos de Mario* ¡Hija!

Daisy retrocedi贸 un par de pasos hasta quedar junto a Mario, ambos observaron como la ni帽a lloraba abrazada al pecho de su mam谩.

Cami: Lo siento, Cami no se volver谩 a ir *le dec铆a a su mam谩 limpi谩ndose con sus manitas el rastro de l谩grimas.

????: ¡Eso espero, espero que lo hagas de nuevo por favor! *le suplic贸* ¡Tienes que aprender a esperar a que me desocupe, no puedes irte y menos cuando estoy atendiendo a clientes! *la rega帽贸 aun con la voz temblorosa* -Luego su mirada se fij贸 en la pareja que a煤n estaba con ellas-. ¡Gracias! ¡Mil gracias por encontrar a mi peque帽a!

Mario: No es nada *coment贸 con un gesto de su mano* es bueno ayudar.

Cami: Mira Mam谩 *le ense帽贸 las sandalias que Daisy le hab铆a comprado* Mario me las regal贸.

Daisy: ¿Mario? *gru帽贸 y el moreno la mir贸 con una sonrisa burlesca*

????: Que lindas *las observ贸 y luego observ贸 a Mario acerc谩ndose a la caja registradora* ¿Cu谩nto les debo por ellas?

Daisy: ¡Nada tranquila! *le coment贸 algo nerviosa*

Mario: Es un regalo de nosotros para ella *le inform贸 logrando que la acelerada mujer se tranquilizara*

????: Oh, bueno.

Mario: Creo que nosotros entonces ya nos vamos *se acerc贸 a Cami para despedirse y ella lo abraz贸 fuerte y le dio un gran beso en la mejilla*

Cami: Chauu Mario *se despidi贸 y 茅ste sali贸 de la tienda*

Daisy tambi茅n se despidi贸, pero se detuvo y volvi贸 a entrar a la tienda. Mario estaba cruzado de brazos y moviendo el pie derecho con fastidio cuando Daisy sali贸 toda risue帽a cargando un peque帽o paquete en sus manos

Mario: ¿Y eso?

Daisy: Es para mi marido *exclam贸* 

Pero en cuanto Mario extendi贸 su mano hacia el obsequio, Daisy lo movi贸 hacia un costado.

Mario: ¡Oye! Dijiste que era para m铆 *protest贸* 

La chica solo se rio a煤n m谩s, adelantando los pasos para tomar distancia de 茅ste 

Mario: ¡Oye, ¿a d贸nde vas?!

Daisy: ¡A casa! *respondi贸 poni茅ndose a correr para alejarse de Mario*

Mario: ¡Oye Daisy! *protest贸 saliendo a perseguirla*

Daisy no se detuvo hasta que pr谩cticamente lleg贸 agotada a la puerta del hotel donde pasar铆an las pocas horas que le quedaban del d铆a antes de que viniera por ellos el taxi que los llevar铆a al crucero. Mario la alcanz贸 a los pocos segundos, ambos estaban cansados por la actividad f铆sica pero Daisy decidi贸 entregarle el obsequio mientras abr铆a la puerta.

Mario se qued贸 parado en el lumbral de la puerta cuando vio lo que escond铆a el obsequio de Daisy, era una cajita de madera con un hermoso acabado en formas de columnas antiguas con tapa de vidrio. No entendi贸 a que se deb铆a ese regalo hasta que Daisy apareci贸 frente a 茅l con algo en las manos. Era su estrella de Cristal.

Daisy: Recuerdo que me dijiste que no ten铆as donde dejarlo, y cuando lo vi me dije que era justo para esto *tom贸 la caja y guard贸 el apreciado objeto dentro de 茅sta* ¡Quedo perfecto!

Mario: Gracias Daisy *dijo emocionado por aquel gesto de la chica, 茅sta le sonri贸 con las manos tras ella*

Daisy: De nada *afirm贸 con la cabeza* los objetos valiosos tienen que estar siempre muy bien protegidos.

Con la querida estrella de Cristal de Mario protegido, se dedicaron a organizar su ropa y maletas. Daisy observaba con un tic nervioso la pila de cajas largas y de zapatos que hab铆a en un rinc贸n de la habitaci贸n.

Daisy: ¿Por qu茅 me deje convencer de comprar tantas cosas? *protest贸 cruz谩ndose de brazos*

Mario: Porque lo necesitas *le record贸 quien imitando su pose se par贸 a su lado* cada cosa de esta pila vas a usarla.

Daisy: Pero, ¿C贸mo lo voy a transportar? *volvi贸 a protestar* No podemos viajar con este exceso de equipaje.

Mario: Si tan solo pudieras conseguir como transportarlo *se dijo  y pensando se empez贸 a morder la u帽a del pulgar derecho*

Daisy: ¡Ya lo tengo! *dijo chasqueando los dedos* ¡Ya s茅 a qui茅n pedirle ayuda! 

Mario la mir贸 rogando que no dijera la palabra m谩gica, no estando tan bien de 谩nimos, pero la dijo 

Daisy: Diego tiene un yate, podr铆a llevarme las cosas al otro sitio de la conferencia, 茅l estar谩 all谩 tambi茅n *y no solo lo nombr贸, sino que tambi茅n le dio otra p茅sima noticia*

Mario: ¿Y c贸mo sabes t煤 eso? *dijo y por el tono de voz era perceptible que su buen 谩nimo se hab铆a esfumado*

Daisy: Me lo encontr茅 cuando fui a comprar el pastel para el desayuno *lo mir贸 con una sonrisa y levant贸 el dedo 铆ndice* ¿Sab铆as que su embarcaci贸n se llama Daisy? 

Lo contaba como an茅cdota pero para Mario era como estar escuchando los gru帽idos de Bowser, solo quer铆a que se callara, decidi贸 salir de la habitaci贸n cuando 茅sta tom贸 el tel茅fono celular para llamar a su gran Diego.

Mario: Debi贸 casarse con 茅l tanto que lo aprecia *gru帽贸 dej谩ndose caer en el sill贸n* 

No tard贸 mucho en sonar el timbre y que el dichoso hombre salvador de mujeres casadas llegara a la casa con otros dos sujetos que tomaron todas las cajas de Daisy y se las llevaron.

Daisy: ¡Gracias Diego! *le agradeci贸 la chica con las manos juntas frente a ella* La verdad no sab铆amos qu茅 hacer con ellas, y record茅 tu yate :D

Diego: Sabes que todo lo que tengo es tuyo, aunque no lo quieras legalmente *respondi贸 茅ste tomando las manos de Daisy con las suyas*

Aquello hizo que Mario saltara del sill贸n y se parara tras Daisy y la abrazara por la cintura haciendo que Diego bajara autom谩ticamente las manos.

Mario: ¡Gracias Diego! *le dijo con una sonrisa* ¡Ya puedes irte!

Daisy: ¡Mario! *lo rega帽贸 d谩ndole un codazo que Mario a duras penas resisti贸, pero apretando los dientes fingi贸 que no le hab铆a dolido*

Diego: Ser谩 mejor que me vaya *rasc贸 su mejilla derecha* nos vemos en New York, ah铆 vemos c贸mo hacemos para que puedas transportar las cajas de viaje en viaje sin que se vayan da帽ando

Daisy: Ok *afirm贸 solt谩ndose del agarre de Mario para despedir a Diego, en cuanto 茅ste se fue, volte贸 furiosa contra el fontanero.

Mario: ¡Oye eso me doli贸! *se quej贸*

Daisy: ¡Pero mira c贸mo te comportas con Diego! *protest贸 tratando de no golpearlo* ¡Pareces un marido celoso y d茅jame recordarte que lo de marido no es de verdad!

Mario: Es que yo no entiendo porque rechazaste casarte con 茅l, cuando te la pasas tan bien a su lado 

Aquello fue dicho con tanta burla que Daisy se qued贸 de piedra observando a Mario 

Mario: ¿o esperas divorciarte de m铆 para ahora s铆 casarte con 茅l?

Daisy: Oh mi Dios *elev贸 las manos por sobre su cabeza* no voy a seguir con esto *y se fue hacia la habitaci贸n, la cual cerr贸 con traba*

Hab铆a pasado ya una hora desde que la princesa se hab铆a encerrado en la habitaci贸n y no faltaba mucho para que el taxi viniera por ellos para transportarlos hasta el puerto que los llevar铆a a New York, Mario aspir贸 profundamente y se acerc贸 a la puerta, golpe贸 dos veces y esper贸. Sin siquiera una palabra o una negaci贸n, la puerta se destrab贸 y se abri贸 para que 茅ste pudiera pasar al interior, Daisy se dirigi贸 una vez m谩s a la cama y se sent贸 simplemente observ谩ndolo en silencio.

Mario: Daisy *pero cuando iba a hablar Daisy lo acall贸 r谩pidamente*

Daisy: No estoy enamorada de Diego, por eso no me cas茅 con 茅l *le dijo con un tono de voz tan frio que Mario sinti贸 escalofr铆os* Y aunque no estoy enamorada de ti e igual me cas茅, no significa que voy a cometer el mismo error dos veces

¡Auch! Mario sab铆a que lo de ellos hab铆a sido un error pero dicho de esa forma le hab铆a dolido y mucho.

Mario: Lo siento Daisy *se dej贸 caer a su lado y baj贸 la mirada* S茅 que me comport茅 ayer y hoy como un hombre posesivo y celoso, yo no soy as铆, s茅 que tampoco estoy en mi derecho pero es que no puedo soportar como te llevas con Diego

Daisy: Diego es mi amigo *le record贸 asent谩ndole la palabra «Amigo»* Quiz谩s 茅l quiere algo m谩s pero no lo veo m谩s all谩 de ese t茅rmino

Mario: ¡Pero Diego te come con la mirada! *exclam贸 desesperado, pero ante la mirada de Daisy volvi贸 a bajar el tono de su voz* Ok, lo siento.

Daisy: Ayer no te dije nada porque lo encontr茅 curioso y hasta entretenido *se abraz贸 a sus piernas* pero no me voy a poner como el trofeo de ustedes dos cada vez que se cruzan

Mario: ¡Yo no te trato como trofeo! *protest贸 poni茅ndose de pie* Lo de que no somos marido y mujer m谩s que de papel es algo que solo sabemos t煤 y yo, aparte de nuestros amigos y Shigeru. ¿C贸mo se supone que me comporte mientras este sujeto no para de hacerte insinuaciones? ¿Debo parecer que no me importa? ¿Debo fingir que somos de esas parejas abiertas que pueden salir con quien se le pegue la gana mientras est谩n casados?

Daisy: ¡Tampoco te pongas tan extremista, Mario! *gru帽贸* ¡Solo no quiero que me jodas a m铆 con tus celos! Si quieres actuar como un marido preocupado y cuidadoso delante de Diego, bien, pero no me vengas a m铆, a hacer una escena de celos porque, ¡Yo no te he dicho nada de Laura! 

Mario no dijo nada as铆 que Daisy baj贸 un poco su tono de voz

Daisy: Tampoco s茅 si tienes alguna enamorada a la que le ando ocupando su lugar y la ves a ella cuando me defiendes a m铆 *no sab铆a porque hab铆a dicho eso, pero lo hab铆a dicho*

Mario: Daisy *cerr贸 los ojos y se sent贸 nuevamente al lado de la princesa* yo siempre te veo a ti porque no estoy enamorado de nadie, no tengo tiempo para pensar en ese tipo de cosas, por eso tambi茅n termine con Peach, ni quiero pensar, solo dan dolor de cabeza *se quej贸 con ambas manos en la nuca*

Daisy: Oh bien, gracias.

Mario: Daisy, enserio *aspir贸 y cerr贸 los ojos para suspirar* disc煤lpame por ponerme as铆 contigo, pero al menos lo hablamos y ya sabemos que no tenemos otras personas involucradas

Daisy: As铆 es *respondi贸 con una sonrisa, despu茅s de todo hab铆a conseguido quitarse una duda que cargaba en su cabeza desde que estaban en el crucero camino a la isla* Y no te preocupes Mario, te perdono por ser un machista cel贸pata *y tomando la almohada que ten铆a en la espalda lo golpe贸 de lleno lanz谩ndolo hacia atr谩s*

Mario: ¡Oye, no es justo! *se quej贸 el campe贸n consiguiendo la otra almohada para devolv茅rsela a su compa帽era*

Daisy: ¡Oye, eso me doli贸! *se quej贸 por el almohadazo que Mario le dio*

Mario: ¡Me deb铆as el de esta ma帽ana! *festej贸 arrodill谩ndose en la cama para poder vengarse de su amiga de mejor manera*

Daisy: ¡Eso no se vale! *protest贸 protegi茅ndose con sus piernas y brazos*

Mario: ¿Por qu茅 no?  *baj贸 el almohad贸n y la mir贸*

Daisy: Porque yo no puedo atacarte *y r谩pidamente fue ahora ella quien, ten铆a a Mario a merced del almohad贸n* 

Hasta que el almohad贸n cay贸 a un lado y todo fue un simple forcejeo de manos que termin贸 con los rostros de ambos sumamente cerca, se miraron expectantes, con el coraz贸n latiendo a mil por horas y sus respiraciones sumamente agitadas, hab铆an comenzado a cerrar los ojos para dejar que pasara lo que tuviera que pasar y ah铆, al casi roces de sus labios, un bocinazo hizo que se separaran de golpe. Un nuevo bocinazo hizo que se levantaran de la cama y salieran a ver qui茅n era, el taxi que ven铆a a recogerlos para llevarlos al crucero ya estaba esper谩ndolos.

No tuvieron ni siquiera tiempo para pensar en lo que hab铆a sucedido por lo r谩pido que pasaron las cosas, solo tomaron sus cosas y se montaron en el veh铆culo. El silencio rein贸 en el taxi hasta que el chofer les inform贸 del monto a cancelar. Mario pag贸 y bajaron en el puerto, el fontanero tom贸 su maleta, el bolso de Daisy y se acerc贸 hacia Laura que esperaba con una sonrisa a Mario en el lugar.

Laura: ¡Mario! *le extendi贸 una llave con una sonrisa* 脡sta es la llave de la caba帽a del hotel Plaza en New York, necesito la de Haw谩i para devolverla 

Mario dej贸 las maletas y realiz贸 el cambio de llaves con la asistente de Shigeru

Laura: Shigeru me dijo que Daisy iba a ayudarte en las conferencias as铆 que tengo que volver a Jap贸n con 茅l

Daisy: ¿Eh? *mir贸 a Laura confundida pero por la mirada de la chica, pudo saber que no estaba nada feliz por darle su sagrado puesto de asistente de Mario*

Laura: Bueno *sonriendo le dio un beso a la mejilla de Mario y despedirlo* recuerda que en una semana tenemos la reuni贸n de fan谩ticas en Francia.

Daisy: ¿Perd贸n? *volvi贸 a meterse en la conversaci贸n* 

Mario sin mirarla fingi贸 una carraspera.

Mario: Una vez cada seis meses, hago un encuentro con mis fans que pagan su membres铆a a mi fan club *volvi贸 a carraspear para que Laura, captara el mensaje y pasara a retirarse*

Laura: ¡Ok, nos estamos viendo, adi贸s! ¡No me odien por mi maldad! 

Tras despedirse la alegre jovencita se alej贸 dejando a Mario y a Daisy solos y confundidos. No fue hasta que abordaron y el tripulante que los guio a sus aposentos, les inform贸 que sus reservas eran a nombre separados que entendieron las palabras de Laura. Se sorprendieron, pero -en ese momento- lo agradecieron. Se dieron las buenas noches y cada uno entr贸 a su respectivo camarote dej谩ndose caer en las camas hasta el pr贸ximo d铆a donde llegar铆an a su destino.

En el castillo de Peach

La princesa tachaba un d铆a m谩s en un calendario casero que ella y Rosalina hab铆an fabricado en cuanto la pareja se fue.

Peach: ¡Una semana y no han llamado! *protest贸 cerrando el plum贸n negro*

Rosalina: Nosotras tampoco lo hicimos *coment贸 elevando la taza para beber un poco de su t茅*

Peach: Solo una semana m谩s para que todas nuestras dudas se disipen *afirm贸 una vez m谩s observando el calendario* al menos ya termino una semana…

Rosalina: Pero me preocupan las otras tres *susurr贸 tambi茅n observando el calendario* es lo que m谩s me preocupa...


Continuara...

Que pasara con los 2 tortolos sera que Daisy esta embarazada siempre??, si quieren saberlo no se pierdan los 煤ltimos cap铆tulos de esta historia...

Antes de despedirme pues como paso el a帽o fue un a帽o muy complicado para todo el mundo, solo dar las gracias a Dios por habernos cuidado todo este tiempo de mi parte mis bellos y bellas seguidores les deseo una feliz Navidad, que la pasen bien con sus seres queridos y que el proximo a帽o sea mejor que este

¡FELIZ NAVIDAD!

¡FELIZ NAVIDAD! MY FRIENDS :D

¡FELIZ NAVIDAD! AMIGUIT@S ^^

¡FELIZ NAVIDAD! CHIC@S

¡FELIZ NAVIDAD! 

¡FELIZ NAVIDAD! ^^


En fin nos vemos en la continuaci贸n cu铆dense mucho

Bye Bye!!!