Disfruten de las historias ^^

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lunes, 22 de enero de 2018

Un Mes Junto a Ti (cap 5)

Wazaaaaaaaaaaaaaaaa 
Wazaaaaaaaaaaa 
waaaaaaaup ^^ ggg que tal amigos como stais? ^^ bueno amigos aquí yo de nuevo es increíble que vuelva a escribir de nuevo, y eso en un día lunes XD, es un milagro u.u
¬¬ ya tampoco es para tanto, hay amiga jiji bueno es que hace tiempo que no publicas muy seguido a eso pues mis seguidores ya saben el porque en fin antes de comenzar quiero mandar saludos a Luigi y Daisy Segaly Sarasa y Génesis Sanchez Girot ^^ Gracias por sus lindos comentarios y eso me da ganas de continuar ^^ en fin basta de charla y veamos como les va a Daisy y Mario en su 5 dia de casados basta de charla y continuemos....


Día 05

Se incorporó en la cama apoyando los antebrazos contra el colchón; no tenía ni idea como había terminado ahí. Giró y observando el techo de madera empezó a recordar: Había salido de viaje, estaba en Hawai y se había recostado un rato porque se sentía agotada.
Pero, por la luz que ingresaba a la habitación desde el exterior, había dormido demasiado.
Buscó en su cartera que aún seguía a su lado, su celular y lo tocó para que le enseñara la hora.
«07:45»
Se sentó en la cama, extendió los brazos hacia arriba y los bajó, moviendo su cabeza en forma circular, le costaba creer que había dormido casi doce horas buenos eso que ella duerme diez. Fue cuando se puso de pie, que se dio cuenta que Mario no estaba en la habitación.
Abrió la puerta del cuarto y salió hacia la sala, un lugar que se veía -sin dudas- mejor a la luz del día que en la noche, ahí se encontró a Mario dormido despatarrado. No pudo evitar sonreír de lado al ver aquella imagen tan infantil, ya que el fontanero tenía no solo la mano derecha tocando la alfombra, sino que también el pie. Decidió dejar que durmiera un rato más, divisó su bolso al lado de la puerta y lo tomó para regresar a la habitación a darse un baño antes de iniciar el día.
Dejó correr el agua hasta que saliera tibia para poder meterse debajo de la lluvia, observó el baño y cuando deslizaba su esponja por el brazo izquierdo, notó que tenía una marca en él que le dolía, por la forma de éste, el tipejo del barco le había dejado marcado el dedo pulgar en el brazo. Apretó los ojos y siguió bañándose, dejó que el agua le diera de lleno en la cara antes de salir a vestirse.
Buscó su vestido de princesa no por el echo de no estar en su reino ella no iba a dejar de ser lo que es una princesa luego de vestirse y secándose el cabello salió de la habitación hacia la cocina a ver que había para preparar desayuno.
Pan, queso y yogurt.
Puso el pan en la tostadora, agua a calentar y tras colocarse un delantal, se dedicó a preparar el desayuno.
Mario comenzó a moverse entre quejas por la posición en la que se había quedado dormido, pero más por un olor que capturó todos sus sentidos, ¿qué era? ¿Pan? Frunció la nariz. Más bien, olía a pan quemado… ¿Quemado? Abrió tan de golpe los ojos, que terminó rodando sobre el sillón y cayendo a la alfombra.
Daisy: ¡Mario! *apareció en la sala con una enorme sonrisa* Buenos días.
Mario: ¿Buenos días? *preguntó sentándose en la alfombra* ¿Qué es lo que se está quemando?
Daisy: Solo fue el pan *respondió bastante avergonzada con la mano en la nuca* pero solo fueron las primeras seis rodajas, ya a la octava le tomé el ritmo a la tostadora *sonrisa nerviosa*
la risa de ingenuidad, hizo que Mario se pusiera de pie para ver que le esperaba en la cocina, aunque para aquello tuvo que reunir más coraje que cuando se enfrentaba a Bowser, para su sorpresa, pudo entender algo del pan quemado; unas frutas cortadas en dos platos parecían de restaurante, picadas todas de forma pareja y con unos hilos de leche condensada para decorar. En una bandeja estaba el pan tostado y quemado, pero el olor a café, de la cafetera lo hizo sentar y empezar a comer. Daisy lo observó afirmando con la cabeza por su hazaña y se dispuso a tomar desayuno, ella también.
Daisy: ¿y qué tal? *dijo terminando de comer las frutas*
Mario: me has sorprendido *dijo tomando una tostada no tan quemada* no me lo esperaba y espero que esto mejore
Daisy: ¿esperas? *protestó y le negó con el dedo índice de la mano derecha* No señor.
Mario: ¿Qué? *cortando un pedazo de queso para su tostada*
Daisy: hoy yo, mañana tú *le indicó* lo mejor es que nos turnemos para las cosas de la casa.
Mario: Okey *afirmó y le enseñó la taza* mañana yo, pero ahora tú sírveme más café por favor.
Daisy sonrió y le sirvió el café para terminar de desayunar, al final, Mario terminó comiéndose hasta las tostadas quemadas a las cual les raspó un poco el carbón.
Más tarde, Mario juntó todos los platos y los lavó mientras que Daisy puso a lavar la ropa, primero echó la ropa clara que habían usado en Mushroom Kingdoom y en el crucero que los llevó…
Mario: supongo que, solo echaste la ropa blanca *le indicó observando como la chica daba la orden a la máquina lavadora*
Daisy: ¿te crees que nunca he usado una lavadora? 
Mario no le respondió, pero la ceja arqueada le dejaba en claro, cuál era su impresión por las labores hogareñas de la princesa 
Daisy: para tu información, he vivido toda mi vida dependiendo de mí misma, así que no creas que no puedo con *en eso la maquina comenzó a sonar* ¿Qué le pasa a esto? *se preguntó justo cuando el sonido del timbre sonó interrumpiéndola*
Mario: no le echaste el jabón *dijo cruzado de brazos, la observó con una sonrisa y giró para atender la puerta*
Daisy: ¡Odio que tenga razón! *protestó observando como la gaveta del jabón estaba vacía, lo llenó y la puso a andar, luego salió hacia la cocina a ver quién había llegado*
????: ¡Pero si aquí está la otra involucrada! :D 
Aquello la hizo quedarse tiesa observando al hombre de cabellos negros, miró a Mario quien le regresó la mirada de confusión. 
Shigeru se acercó a Daisy, la tomó y la pegó a Mario 
Shigeru: ¡¿Por qué no me avisaron antes que se habían casado?! 
ambos chicos apretaron los labios, era claro que Shigeru debía creer eso por lo que habían vivido en el crucero 
Shigeru: ¡Hubiera preparado algo más relajado y no tan laborioso!
Daisy: no hay cuidado, jefe *avergonzada, se separó de Mario y corrió a refugiarse en la cocina, en donde tomó un plato para comenzar a secarlo con un paño*
Shigeru: Parece que todo es tan reciente *palmeó el hombro izquierdo de Mario* aun logran ponerse rojos.
Mario: Eh… este *no sabía que decir* Yo…
Shigeru: ¡Cuando los organizadores se enteraron que estabas casado dijeron que eso haría subir tu popularidad muchísimo más! a bueno también algunos fans apoyaron su matrimonio y otras no hasta enviaron cartas explosivas a NINTENDO
Mario: ¿Qué los organizadores qué? *exclamó* 
Shigeru no pudo contestar por el estruendo de la cocina Daisy había dejado caer un plato por la noticia.
Mario: ¿Estás bien? *preguntó* 
pero ella solo afirmó y se puso a juntar los trozos 
Mario: Shigeru, ¿era necesario?
Shigeru: ¡Por supuesto! :D *exclamó moviendo los brazos como si leyera un cartel* el famoso super Mario casado con la princesa Daisy, vaya aunque pensé que seria Peach la que seria tu esposa ^^! y bueno esto todo el mundo lo esperaba jaja *indicó la mano hacia la derecha y luego señaló a Daisy* pero a veces la persona correcta no es otra ggg supongo que ahora planificaran su familia.
Mario: es que *estaba muy exasperado por que Shigeru se quedara callado que no pasó desapercibido para el presidente de NINTENDO*
Shigeru: ¿Sucede algo?
Mario: es que no creo que Daisy quiera participar en todo esto
La mencionada entraba a la sala con las manos hacia atras  
Mario: ¿verdad?
Daisy: ¿participar en qué? *preguntó moviendo los hombros* 
Shigeru se le acercó y la miró intimándola un poco 
Daisy: ¿Qué? *pregunto*
Shigeru: Estaba pensando, eres princesa ¿trajiste tu ropa formal?
Daisy: No, estoy de vacaciones *exclamó como si fuera simple lógica*
Shigeru: lamentablemente, vas a tener que aparecer como la señora Segaly delante de ciento de invitados, ¿Serás capaz de hacerlo?
Daisy buscó la mirada de Mario, pero éste corrió la mirada con los puños apretados.
Daisy: Yo…
Shigeru: Todos los organizadores y fans ya saben que Mario se casó contigo
Shigeru le tomó las manos a la pelicafe y ésta se avergonzó un poco
Mario: ¿no quedaría mal que se presentara solo en las comidas y en las conferencias?
Shigeru: bueno si, tienes razón
Mario: jefe no la obligues 
la respuesta de Mario hizo que Daisy dentro de ella algo burbujeara en la boca de su estómago y respondió prácticamente sin pensar mucho lo que iba a decir.
Daisy: supongo que esa es mi obligación como su esposa *dijo tan decidida que hasta ella misma, se lo creyó* lo único malo es que no tengo nada decente que ponerme para eventos y esas cosas… no lo sabía :(
Shigeru: Eso se arregla en un abrir y cerrar de ojos *ante aquello salió de la casa a hablar por teléfono*
Mario: Daisy no tienes por qué hacer esto *le dijo como si sintiera que aquello podría ser malo para ambos*
Daisy: ¿no quieres que te ayude? *preguntó aún con esa sensación fea en la boca de su estómago*
Mario: no es eso, es que *en realidad no sabía bien que era lo que le impedía aceptarla como su pareja ante la gente a la que él trabajaba y sus fans*
Daisy: ¿Crees que no estoy al nivel? ¿o que Peach es mejor que yo? >:(
aquella pregunta fue lanzada con tanto veneno por la princesa que fue un golpe demasiado eficaz sobre Mario
Mario: ¡¿Cómo crees eso de mí?! *se enojó y la tomó por los hombros* No es eso, pero si tú me dices que no pasara nada entre nosotros, por tener que fingir ante la gente algo que no somos, lo aceptó, ademas tu eres igual o mejor que Peach 
Daisy: Mario *la mirada de Mario, quitó las inseguridades de la princesa, quien relajando los músculos de la cara, elevó su mano derecha hacia la mejilla de Mario y sonrió* ya que estamos metidos en esto, sigamos hacia el final
Mario: Qué bueno que no nos deshicimos de los anillos *comentó tratando de bajar la tensión de la situación*
Daosy: Sí, ahora nos serán de utilidad *hizo una mueca que imitaba una sonrisa* 
cuando shigeru ingresó a la casa, se separaron de golpe.
Shigeru: mira Daisy *entrando*
tras él, apareció una joven de cabellos castaños color café oscuro y ojos cafés oscuros que se abrazó a su cuaderno en cuanto vio a Mario, aquella reacción no pasó desapercibida para la princesa
Shigeru: ella es mi asistente Laura, ella ira contigo a las tiendas de la isla, para que te compres lo que necesites.
Daisy: Ok *respondió y le extendió la mano hacia la joven de apariencia tranquila* mucho gusto, soy Daisy
Laura: gusto en conocerla ^^
aceptó la mano con una sonrisa y luego dando pequeños saltitos se acercó a Mario 
Laura: Buenos Días Mario, aquí te traigo toda la información del mes en Italia
Mario tomó el cuaderno y lo abrió para revisarlo, mientras la joven se apegaba más al brazo de Mario para hacerle unos comentarios.
Daisy se quedó viendo la escena, pero no iba a hacer nada, que demostrara su inconformidad.
Daisy: creo que *indicó con la mano derecha* voy por mi bolso 
Y cuando se fue Mario cerró el cuaderno de golpe y se lo pasó de nuevo a Laura para ir con ella a la habitación.
Shigeru: Pórtate bien Laura *la reprendió* ahora Mario no es un hombre libre, está casado y debes verlo así.
Laura: Está bien *farfulló indignada con aquella noticia que había recibido*
Dentro de la habitación, Mario estaba entregándole una tarjeta negra a Daisy que ésta estaba rechazando roja de la vergüenza.
Daisy: ¡Tengo mi propia línea de crédito, de verdad! *con ambas manos rechazaba el plástico rectangular que el fontanero le ofrecía*
Mario: lo sé, pero es necesario para mantener las apariencias *le recordó ofreciéndole una vez más, la tarjeta* se supone que eres mi esposa, y si tienes que salir con la asistente de mi jefe, es mejor que vea que compartimos hasta los gastos.
Daisy: ¡Pero! *iba a protestar nuevamente* 
pero Mario levantó la mano izquierda para silenciarla.
Mario: vas a aceptarla, vas a ir a comprar y si te molesta usar mi tarjeta luego me regresas el dinero.
Daisy: ¿Puedo hacerte un giro por mis gastos?
Mario: si *le afirmó dándole de nuevo la tarjeta* pero cuando terminemos este mes, arreglamos todo lo que fueron gastos y ahí me pagas. ¿Te parece?
Daisy: de acuerdo *tomó al fin la tarjeta de Mario y salieron ambos de la habitación* recuerda sacar la ropa de la lavadora *le recordó antes de salir con la chica de la casa*
Mario: De acuerdo.
Cuando Daisy y Laura salieron de la casa, Shigeru se cruzó de brazos ante Mario y lo miró de arriba abajo.
Shigeru: ¿Cómo fue que terminaron casados en ciudad Champiñon? *ante aquello Mario, se sorprendió* Digamos que tuve que prometer un par de conferencias gratis en el hotel donde estuvieron alojados, para que la prensa no soltara el chisme por toda el mundo
Mario: ¿No fue Peach ni Rosalina quiénes se lo contaron?
Shigeru: Digamos que cuando te llamé para avisarte lo de los viajes, estaba en Ciudad Champiñon esperando poder contártelo en persona, pero ya no te encontré *se sentó en uno de los sillones y le enseñó a Mario, el otro para que se sentara también* Por eso te llamé y como estuviste de acuerdo, me puse a conversar con los organizadores hasta que, en la tarde, llamé al castillo y ahí las chicas me contaron que te habías casado, incluso hasta me alegré, tú sabes que cuando uno es campeón y de un deporte como el tennis, ademas de que eres famoso y el rostro de la empresa, está obligado a viajar por todo el mundo. Incluso se los comenté a los organizadores y socios que se vieron impresionados por la noticia, pero luego me llevé otra sorpresa cuando la recepcionista se acercó y me dijo como se dieron las cosas.
«El héroe del reino Champiñon se casó anoche con la  princesa de Sarasaland en estado de ebriedad, él canceló todo antes de irse, y las personas que los vieron juntos…»
Mario: jefe, yo lo siento *dijo, por decir algo* realmente no entendemos como terminamos así, solo sé que ahora estamos casados y tenemos que soportar un mes para revocarlo.
Shigeru: Sabes que esto puede afectar tu imagen, la de ella y que puede hacerles mucho daño, no solo de forma profesional sino también de forma afectiva.
Mario: ¡Lo sé! *volvió a afirmar irritado de que le volvieran a recalcar algo que él sabía perfectamente* Shigeru *lo miró decidido* en este momento, lo único que me preocupa es mi vida afectiva, la profesional es lo de menos.
Shigeru: ¿Por qué? *se acomodó en el sillón confuso de aquella declaración*
Mario: mi vida profesional la manejo yo, si algo pasa, puedo arreglarla sin problemas, juzgan mi manejo en la colaboración y manejo de algunas actividades de NINTENDO, no mi comportamiento, ni si un día de fiesta me pasé de copas, pero la afectiva *cerró los ojos y tras colocar los codos sobre sus rodillas bajó la cabeza hasta pegar la frente en los puños* esa no la podría arreglar porque somos dos, los involucrados y no me perdonaría hacer sufrir a Daisy. Porque, ante todo, ella es mi mejor amiga.
Shigeru se levantó y le dio una palmada en la espalda a Mario.
Shigeru: Hay que verle el lado positivo al asunto —le comentó con una sonrisa*
Y Mario pensó en lo que venía escuchando últimamente.
Mario: ¿Qué al menos es mi amiga?
Shigeru: No, que es tan opuesta a ti en algunos aspectos, que ante el lente *simuló encuadrar una imagen con los dedos de ambas manos* se verán perfecto.
Mario: ¡jefe! *protestó por la broma de su superior*
Shigeru: ¡Pero es verdad! *se cruzó de brazos y adquirió una pose pensante* si yo estuviera casado con mi mejor amiga, quien sabe mis gustos, mis pros y mis contras, que aun así me soporta, me apoya, que es magnífica con los fans y la gente tanto así que es princesa de un reino. sin contar que, es una pelicafe muy bonita, Uff *hizo un movimiento con los hombros que a Mario no le gusto para nada*así, ¿quién pensaría en divorciarse?
Mario: Es que tú no entiendes…
Shigeru: Yo no entiendo porque conocer a alguien más, cuando tienes a la perfecta a tu lado, pero bueno *volvió a palmearle la espalda con una sonrisa* ustedes saben lo que hacen *dio un aplauso y volvió a sentarse en el otro sillón* ya suficiente vida privada, hablemos de las actividades que haras
Mario: mejor....
En otro lado de la ciudad, Laura había llevado a Daisy a la boutique de Hawai, esperando que allí consiguieran algunos vestidos para la princesa.
Laura: Deja llamar a Madam Valery *dijo entrando a la tienda*
????: ¡Madam Valery! Su querida Laura está en la tienda 
la frase cantadita incomodo un tanto a Daisy, quien sentía que iba a explotar si seguía compartiendo con la asistente de Lance.
Valery: ¡Aquí estoy mi petit Laura! 
una señora de unos cincuenta años que vestía muy elegante apareció ante ellas 
Valery: ¿Qué le trae por aquí?
Laura: Ella *le indicó con la mano derecha* mi jefe me mando a vestirla, necesitamos unos siete vestidos.
La señora Valery, elevó los lentes que colgaban de su cuello hasta su mirada verde para examinar a la princesa de Sarasaland.
Valery: ¿Quién eres tú? *le pidió que se presentase* 
por lo que Daisy algo intimidada respondió.
Daisy: soy Daisy, princesa del reino de Sarasaland
pero su presentación fue interrumpida por Laura
Laura: ¡y es la esposa del campeón mundial de tennis!
ante el comentario indiscreto de Laura, Valery cambió totalmente la visión sobre Daisy, dejó totalmente la desconfianza por una energía impresionante.
Valery: ¡Si es la esposa de un campeón debe tener mis mejores diseños! *exclamó dando un par de aplausos, tres asistentes aparecieron tras ellas* Necesito verde esmeralda, algo de negro, un tono tinto, azul marino, y algo de colores vivos. Déjame tomarte las medidas *tomó la cinta métrica de la mano de unas de sus asistentes y empezó a medirla, cambiando aún más la impresión de su rostro* ¿Es usted modelo?
Daisy: no señora *negó* 
A Laura no le gustó mucho el trato que estaba llevando Madam Valery con la pelicafe, ya que se la conocía por ser una mujer de piedra, donde rara vez mostraba simpatía con alguien.
Valery: pues tienes un cuerpo perfecto *movió un poco su cuerpo y luego viró hacia una de sus asistentes* traigan mis vestidos de exhibición, tenemos la talla ideal en este cuerpo.
Daisy se probó un total de siete vestidos entre galas y cóctel y unos tres de día por si tenían algún almuerzo.
Valery: ¡Todo te ha quedado perfecto! *estaba "sin duda" encantada con la figura de la chica* ¿Cuál vas a querer que separemos para esta noche?
Daisy: Pues… *en eso, su teléfono celular comenzó a sonar. observó la respuesta con una sonrisa y le enseñó cual era el vestido que quería*
Valery: ¡Perfecto! *mientras se fue a guardar los vestidos* 
Laura se le acercó intrigada por el apego al aparato telefónico.
Laura: ¿Qué tanto misterio? *su voz de golpe, hizo que Daisy se apenara totalmente* ¿tienes algún admirador secreto?
Daisy: No es que... *contestó, pero la mujer no la dejó hablar*
Laura: claro que no *dijo con envidia latente* ¿con ese marido? ¡Por todos los cielos! *giró y se apoyó en la espalda de Daisy* ¡Daría mi vida y mi puesto por tener una noche con Mario Segaly!
Daisy: ¡Ok! *exclamó* ¿Te olvidas con quién hablas?
Laura: No, por eso *giró y quedó delante de Daisy* tú eres su esposa, debe saber mejor que nadie que se siente estar entre esos brazos
La apretada de dientes al final de la frase hizo que Daisy quisiera pegarle a la asistente de Shigeru, pero prefirió sonreír.
Daisy: Mario es el mejor, siempre ha sido así *se defendió y a él también*
Laura: ¿Y entonces con quién conversas?
Fue tan rápida que le quitó el celular a Daisy, aunque ésta no hizo esfuerzos por recuperarlo, puesto que la cara de Laura cambió tan rápidamente al ver los mensajes, que bien valía la pena la intromisión.
«Mario para Daisy: Tienes una marca en tu brazo»
«Daisy para Mario: ¿La notaste? Es por lo de ayer»
«Mario para Daisy: Debí atacarlo más duro por lo que te hizo»
«Daisy para Mario: Tranquilo, por suerte apareció mi esposo para salvarme»
«Mario para Daisy: Por suerte.»
«Daisy para Mario: ¿En cuál de todos estos me veo mejor?»
«Mario para Daisy: En todos, ¿esos son los que vas a comprar?»
«Daisy para Mario: Si, ¿están bien? Laura me dijo que necesitaba mínimo siete»
«Mario para Daisy: Está bien, me gustan.»
«Daisy para Mario: ¿Cuál quieres que use esta noche?»
«Mario para Daisy: Me gustó mucho como te veías con el naranja ese color te queda mejor»
Daisy: ¿Y? *preguntó extendiendo la mano para que le regresara su móvil*
Laura: ¿Le pedías consejos a Mario sobre cómo vestir? *sinceramente estaba shockeada*
Daisy: bueno sí, aunque sea una princesa y asista a miles de fiestas de gala me gusta siempre tener la opinión de mi marido
pero la explosión romántica de Laura empeoró la situación 
Daisy: ¿Eh? O.o
Laura: ¡Qué romántico! *juntó las manos frente a ella y con ojitos brillantes miró a Daisy*¡Se ve que son una pareja fabulosa! ¡Que encanto!
Shigeru: ¿Qué tanto ves en tu celular? *preguntó abriendo la caja de Pizza que recién había llegado*
Mario: Era Daisy *le contó con una sonrisa, moviendo el pulgar derecho por la pantalla para ver los vestidos que le había enviado una vez más* quería que le diga cual vestido usar esta noche.
Shigeru: ¡Vaya y yo que creí que Daisy era una mujer independiente y segura! *tomó un plato y luego un trozo de pizza*
Mario: Lo es *corrió una silla y se sentó para almorzar* pero me agradó el hecho de que me preguntara.
Shigeru iba a comentar algo, pero decidió mejor darle un mordisco a su pizza.
Laura: ¡¿Pagaras con el crédito de Ash?!
El grito de Laura ya había colmado todos los límites, de Daisy pero estaba más preocupada de que hicieran bien los cálculos antes de entregar la tarjeta de Mario que de su malestar 
Laura: ¡Mario es el hombre magnífico que soñé! *sin dudas, estaba perdida entre sus pensamientos y fantasías* cuanto me alegra ser la fundadora de su club de fans
Daisy: ¿Qué de qué? *aquello si consiguió toda su atención* ¿Eres la presidenta de las chiquillas acosadoras?
Laura: Si *respondió aún más emocionada* nuestro sueño es casarnos con Mario y ser parte de su harem, aunque ahora nos estás estorbando… *la acusó molesta, provocando que Daisy arqueé la ceja derecha, aunque rápidamente cambió de enojo a aceptación* ¡Quisiera odiarte, pero al ver la bonita relación que tienen solo me hace desear lo mejor para mi superior!
Daisy terminó de pagar, tomó sus cosas y salió de ahí, seguida por Laura, aunque le hubiera gustado perderla en algún sitio.
Pasaban la una de la tarde cuando Daisy regresó con Laura cargando muchas bolsas y cajas.
Daisy: ¡No sé cómo transportaremos todo esto de país en país! *exclamó frustrada quitándose los zapatos para caer despatarrada sobre el sillón* Disculpa mi mala postura Shigeru, pero estoy agotada.
Shigeru: ¡Por mí no te preocupes! *dijo elevando la mano para que perdiera cuidado* además nosotros ya nos íbamos.
Laura: ¿Ya? *exclamó que estaba pegada al brazo de Mario* 
Éste solo se reía nervioso incapaz de ver más allá del aprecio desmedido de esa mujer.
¡Adiós! *se despidieron todos*
Daisy: ¡esa mujer te quiere! *le dijo a Mario, una vez que Shigeru y Laura se retiraron*
Mario: Es la presidenta de mi club de fans *respondió con una sonrisa*
Que para Daisy, era demasiado inocente para su propio bien
Daisy: Mario, esa mujer te quiere, pero en su cama y si es amarrado, mejor
Mario: ¡Ay Daisy, solo piensas en esas cosas! *incomodo, cambió de posición en el sillón*
Daisy: ¡No digas después que no te lo advertí! *respondió levantándose* 
pero Mario vio como perdía la fuerza en la pierna izquierda.
Mario: ¡Daisy, ¿estás bien?! *se acercó a ella*
Daisy: ¡Sí! *afirmó pasando la mano por su cadera izquierda* solo sentí una punzada aquí, pero ya pasó.
Mario: ¿Puedo ver la marca de tu brazo? *le pidió y Daisy accedió, se arremangó y le enseñó su brazo* en las fotos se veía peor, ¿te duele? —*preguntó rosando esa parte y por la reacción de Daisy así era* deberías ir a descansar, salimos de la casa a las seis de la tarde, come algo y descansa *se separó de ella* voy a salir, nos vemos más rato.

Mas tarde...

Mario: ¡Daisy! *grito* 
La voz de la hizo abrir los ojos de golpe, asustada por el tono molesto del fontanero
Daisy: Eh, ¿qué? *preguntó acomodándose en el sillón*
Mario: ¡No has comido nada! *protestó con la caja de pizza en la mano*
Daisy: Pero si apenas te fuiste, solo cerré los ojos y…
Mario: Daisy son más de las cuatro de la tarde *protestó enseñándole la hora del reloj de pared* parece que te quedaste dormida en cuanto me fui, por favor come algo.
Daisy: No tengo hambre *dijo parándose* estoy bien.
Mario: No puedes estar sin comer *se fue a la cocina molesto* voy a calentarte un trozo de pizza.
Dasiy: ¡Mario no quiero! *gruñó*
Mario: no te estoy preguntando, vas a comer y ya *fue lo último que dijo mientras tomaba un trozo de pizza y lo echaba al horno eléctrico*
Daisy: ¡No actúes como mi papá! *protestó apretando los puños*
Mario: Daisy, estoy tan acostumbrado a tus berrinches que ya ni me molestan *se cruzó de brazos mientras esperaba que el temporizador indicara que la pizza estaba caliente*
Daisy: ¡Ufff! *resopló y se cruzó de brazos también, moviendo el pie derecho*
Mario: ¡Ya! *cuando sintió el fin del temporizador, abrió el horno, tomó un plato y dejó el trozo antes de pasárselo a Daisy* Come, tienes dos horas para cambiarte así que voy primero para que te dé tiempo a comer *la seriedad cambió por una sonrisa antes de perderse en la habitación para cambiarse*
Daisy: Supongo que tendré que comer *dijo resignada tomando la pizza para comer un poco de ella* Mmm… está deliciosa.
Faltaban quince minutos para la seis de la tarde cuando Daisy salió de la habitación vistiendo el traje elegante
Había tomado su pelo completamente a lo de antes. Mario la vio y sonrió. Él simplemente lucía una camisa negra, un pantalón de vestir oscuro y la chaqueta de color blanco 
Mario: ¿Nos vamos? *preguntó y ella afirmó acercándosele a él*
Cuando llegaron al lugar del coctel, Daisy quedó impresionada con el recinto, era una bellísima arquitectura hecha con vidrios, por la cual, se podía ver el océano.
Mario: Es hermoso, ¿Verdad? *le preguntó al enseñarle el lugar*
Daisy: Si *afirmó* 
Cuando subieron por la escalera hacia el gran salón, Mario le acomodó el brazo para que Daisy se sujetara de él 
Daisy: ¿Listo, Mario? 
él afirmó y ella se sujetó de su marido. Mario la fue presentando uno por uno, hasta que le indicó que lo acompañara con uno de los mayores representantes de la ayuda social del mundo, cuando el hombre mayor se giró y su mirada gris cayó en la pelirroja que lo acompañaba, el caballero se sintió sumamente sorprendido.
???: ¿Daisy? *exclamó el señor de cabello blanco y aspecto delgado* ¿eres tú la esposa de Mario?
Daisy: Si *respondió con una sonrisa nerviosa* hola señor Miguel, no sabía que usted…
Mario: ¿De dónde se conocen? *no pudo evitar preguntarse porque había sentido el shock de Daisy a través de la mano de ésta en su brazo*
Daisy: Bueno yo *iba a explica pero el señor Miguel no la dejó*
Miguel: Tenía la intención de que se convirtiera en mi nieta política *el hombre se colocó ambas manos en la solapa de su chaqueta* Habíamos hecho todos los preparativos para anunciarla como la prometida de mi querido Diego, pero no, le dijo que no
Mario la miró sorprendido, Daisy se había puesto sumamente roja.
Daisy: Yo le dije a Diego que no me interesaba como pareja, que solo tenía ojos para alguien y bueno
Mario no supo cómo fue que Daisy recuperó su fortaleza, pero se tomó con ambas manos de su brazo derecho y le sonrió al caballero
Daisy: y ya ve. No podía divulgar que estaba prometida y a punto de casarme con el héroe del reino de Peach
Miguel: Sí, ya veo *afirmó serio, pero cambió la seriedad por una sonrisa* Aunque dejaste a mi nieto por el campeón mundial, eso hace que no me sienta tan miserable.
Daisy: ¿Y cómo ha estado Diego? 
De repente, Mario se sintió en un mundo aparte, Daisy hablaba de un tal Diego con tanto ánimo y con un brillo en la mirada que lo hizo sentir extraño 
Daisy: ¿De verdad está aquí? 
Y ante ello, Mario vio como la chica se soltaba de él para buscar al otro hombre. Oh si, su esposa estaba emocionada por ver a otro hombre. No sabía cómo sentirse, pero poco y nada pudo pensar, rápidamente otra mujer se apoderó de su brazo.
Laura: ¡Hola mi bello campeón!
Mario: Hola Laura *sonrió fingiendo una alegría que no sentía*
Laura: ¡Ven, vamos con los demás! 
Se despidieron del señor Miguel y se acercaron a Shigeru y a los demás organizadores del lugar.
????: ¿Y tu esposa, Mario? *preguntó un hombre bajo, algo regordete, quien era el presidente del Club de Tennis en Hawai.
Mario: Se encontró con un amigo y fue a saludarlo, debe estar por regresar *respondió tratando de sonar lo más convincente posible en su calma, pero realmente no le gustaba esa frase*
Laura: ¡Mientras ella regresa, yo estaré aquí para ti! *afirmó aún pegada a su brazo*
Por suerte, Mario no tardó en distraerse con las personas que lo acompañaban.
Daisy mientras tanto había encontrado a Diego en el balcón del recinto observando el mar.
Daisy: Parece que hay cosas que nunca cambian *le dijo llamando la atención del joven de cabellos claros y ojos azules que sorprendido se movió a verla*
Diego: ¿Daisy? *se acercó y le tomó ambas manos* ¡Qué sorpresa! ¿Qué haces aquí?
Daisy: Acompañando a Mario *se soltó y apoyó los antebrazos en la barandilla del balcón observando el mar*
Diego: ¿Al campeón? *la miró confundido, él sabía que Mario había sido parte de la vida de Daisy, que eran mejores amigos incluso. Había oído que se casó y… pero cuando su mirada se cruzó con la de Daisy, quitó el entusiasmo de su hablar* Oh… supongo que debo felicitarte.
Daisy: Diego, yo *miró al hombre, pero él dejo de mirarla*
Diego: Así que era Mario por quien no me aceptabas *con algo de fastidio y resolución, volvió a poner sus manos en la barandilla*. ¿Y por qué no me dijiste antes?
Daisy: Te había dicho que mi corazón estaba ocupado, pero no podía ventilar nada.
Diego: ¡Te hubiera dado todo Daisy! *sus manos se fueron tornando blancas por la presión contra el fierro de la barandilla* ¡Autos, viajes, paseos, reconocimiento!
Daisy: Te dije que nada de eso me interesaba *volvió a mirar el horizonte, el sol estaba a punto de iniciar su desaparición* Mi relación con Mario no se basa en cosas materiales, es algo más allá del plano material.
Diego: Realmente lo amas, ¿verdad? 
Aquella frase paralizó en su lugar a Daisy, aunque ella quería a Mario, era muy diferente a amar 
Diego: Sin palabras, ¿eh? Wow…
Daisy: Diego *se volvió hacia él, pero éste le tomó la mano y la jaló contra él cuando una canción lenta se empezó a escuchar* ¿Qué haces?
Diego: Amo esta canción, déjame bailar contigo ^^
Daisy: De acuerdo ^^ 
La sonrisa relajó a ambos y comenzaron a bailar perdiéndose del resto de la fiesta. En el salón, Mario se había acercado a la mesa de bocadillos, pero poco y nada lograba pasar, sentía que su estómago le ardía.
Laura: ¿esa no es Daisy? 
Su voz hizo que Mario dejara de ver los panes para observar el lugar señalado. Gracias a la estructura de vidrio, tranquilamente pudo ver como Daisy bailaba junto a un hombre, Diego, supuso al escuchar al viejo Miguel afirmar que su nieto era el más adecuado para aquella mujer. Shigeru se apuró a acercarse a Mario, pero éste lo ignoró, salió del lugar hacia las escaleras que lo llevaban al balcón. Esperó hasta que terminaran de bailar y los separó aplaudiendo, mientras se acercaba a Daisy para tomarla, cruzando su brazo por detrás de la espalda femenina.
Mario: Diego, supongo *dijo extendiendo su mano*
Diego: tú debes ser Mario *le tomó la mano con una sonrisa* Daisy me ha hablado mucho de ti.
Mario: no esperaba menos *apoyó su cabeza sobre el hombro de Daisy y lo miró* aunque nunca me había hablado de ti.
Aquello incomodo a ambos, puesto que Daisy se movió para que la cabeza de Mario volviera a estar derecha, Diego tosió, y pasó a retirarse.
Daisy: ¿Qué fue eso?
Mario: ¡Todos te vieron bailar con él! *exclamó a un nivel de voz que nadie pudiera escuchar* 
Daisy observó hacia el otro lado del balcón, y efectivamente se podía ver todo lo que pasaba en el salón.
Daisy: ¡Lo siento! *se disculpó, sabiendo que había hecho algo para que todos hablaran de su relación de forma negativa*
Mario: Daisy *colocó ambas manos en el rostro de ella y con los pulgares le acarició las mejillas haciendo que ésta se pusiera sumamente roja, luego acercó su rostro y le dio un beso en la mejilla*
Daisy: O///O Mario... *susurró, pero supuso que fue porque todas las miradas del salón estaban puestas en ellos*
Mario: No me dejes solo en la fiesta, por favor *le suplicó y ésta accedió* 
Ambos bajaron hacia la sala donde Daisy ya no se separó de Mario en todo el resto de la velada. Compartieron con los demás invitados, bailaron un par de veces y con la mejor muestra de su relación se despidieron de aquella gente para regresar al hotel.
Daisy: ¡Todo estuvo estupendo! *comentó quitándose los zapatos apenas entró*
Mario: Sí, las fiestas de la empresa siempre son así de geniales*
Daisy: ahora entiendo a Peach :D
Mario: ¿la entiendes?
Daisy: así es ^^ cada que siempre venia a estas fiestas estaba feliz y al dia siguiente estaba ful agotada que no quería ni levantarse de su cama para hacer su deberes ^^
Mario: ah bueno ggg pero tu siempre faltabas poruqe tu nunca estabas en ninguna fiesta de la empresa ni en otros actos
Daisy: ya me conoces ¿no? odio estas fiestas pero hoy la pase genial contigo
Mario: yo también :) y jamas imagine que fueras una gran bailarina
Daisy: soy una princesa Mario y eso implica muchas cosas jaja
bueno gracias por esta noche *le da un beso en la mejilla*
Mario: (O///O) *rojo* Daisy...
Daisy: ^///^ vamos a descansar *va a la habitación que compartía con su esposo*
Mario: oki doki *la sigue*

Continuara...

Yeah jiji ^^ bueno realmente este capitulo fue largo debía haber publicado ayer pero no pude ggg pero en fin espero que les haya gustado ^^. ¿Que pasara con Daisy y Mario? 
y dar gracias a una amiga mía a Laura Segaly espero que tu personaje te hay gustado ^^
En fin....
Bay Bay!!!






4 comentarios:

  1. 7u7r alv soy una acosadora XD
    Me gusto mucho mi personaje muchas gracias XD me volví loca con tantos cambios repentinos de personalidad

    Nya XD pinshi Mario 7u7r

    Me gusto como Mario se puso celoso porque Daisy bailo con Diego XD

    Bueno sigue pronto plis

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  2. :3 ^^ ay me menciono :,3

    Luigi: calma guera xd...

    jeje n.nU

    me encanto la histo, me encanta cuando se ponen un poco románticos Mario y Daisy XD :3, es muy cuchi <3 :v esto esta bueno 7w7, espero puedas continuar pronto! ^^

    Ciao ^^

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  3. Bonita historia,me encanto... Continua pronto porfavor
    Bye

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  4. Hey rosalina tengo una pregunta porque te cae mal deivis?

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Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho , pero no habrá de los que no nos dejarán nada. Ésta es la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.